Tamaño de Osorno

27 / 08 / 22 Por: Andrés Angulo, presidente CChC Osorno
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Por Andrés Angulo, presidente CChC Osorno

Publicada el día sábado 27 de agosto del 2020

La etimología, es decir, el origen de la palabra tamaño; se refiere a cuál es la magnitud de algo o también, los alcances de la magnificencia de éste. Por ello, preguntarse por el “tamaño” de Osorno, no tiene que ver con la división política-administrativa que nos rige, ni con las comunas, provincias, regiones o inclusive, el país.

El tamaño: la magnitud o magnificencia de Osorno, tiene relación con su especial condición de ciudad intermedia, que se definen sobre todo por su particular posición en el sistema de redes de ciudades, y por desplegar una serie de funciones tales como la intermediación.

En términos generales, una ciudad intermedia actúa como un centro de interacción social, económica y cultural al ser un centro de bienes y servicios más o menos especializados para una población que supera los límites de su propia comuna. Por otro lado, es un nodo de interacción territorial a través de las infraestructuras de transporte e información que articulan redes a escala regional, nacional o incluso internacional.

Nuestra ciudad ejerce un poder en el espacio agrícola y la relación insumo-producto que esta actividad requiere. El espacio de poder, es físicamente determinable en función del territorio productivo del valle central, que en nuestro caso comienza por el norte en el cordón del Culpeo a la altura de Paillaco y termina en el rio Maullin por el sur. Los limites oriente y poniente lo reconocemos en la cordillera de los Andes y en la cordillera de la Costa.

Este es el espacio físico y sus límites sobre el cual Osorno ejerce ese poder de intermediación que ha consolidado el real tamaño de la ciudad en sus 464 años de historia contados desde su primera y única fundación.

Es necesario abordar la planificación urbana entendiendo la ciudad en su real magnitud o tamaño, dejando de mirarla como un objeto para pasar a entenderla como un sistema territorial equilibrando las vocaciones productivas con vocaciones territoriales.

Además, hoy, la realidad de las parcelaciones nos obliga a planificar la “urbanización” del campo buscando un orden más allá de la simple lógica de la explotación agraria, o de la densidad urbana, un mix de usos cuya jerarquía parte por la protección del medio ambiente y sigue con la sustentabilidad de la producción agroalimentaria local, terminando en las demandas y oportunidades de los mercados nacionales y globales.