Respeto

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Por Alicia Vesperinas

Presidente CChC Osorno

Publicada el 26 de octubre en el Diario Austral Osorno

 

Es imposible abstraerse de la inusitada situación que vive nuestro país. Muchas son las miradas que confluyen e intentan explicar lo que sucede. Cada cual lo analiza desde su particular vivencia, historia, sentimiento y como en todo fenómeno complejo, la verdad se encuentra en puntos intermedios, por lo tanto, pecaría de pretencioso cualquiera que piense tener la punta del hilo que desenredará de un solo tirón esta madeja.

Una característica de las grandes crisis es que es imposible anticiparlas. Esta no fue la excepción. Tal vez fueron muchas las señales desatendidas, quizás ahora se manifiestan en forma más clara haciendo imposible soslayarlas y demandarán toda nuestra atención.

Lo que no debe perderse de vista es que deberemos emprender este desafío autoimponiéndonos un nuevo trato con mayores cuotas de respeto. Respeto es la consideración que se tiene con el reconocimiento del otro, aceptando y entendiendo las legítimas diferencias. El reconocido biólogo y filósofo Humberto Maturana dice “los conflictos humanos no son de la razón, siempre son de la emoción y se resuelven solamente en las mesas de conversación donde hay mutuo respeto”.

Igualmente, respeto debe haber en nuestro trato diario, en la convivencia en el espacio público. Es ahí donde se incuban o se resuelven muchos de los problemas que se manifiestan hoy. Prolongados tiempos de viaje, acceso a educación y salud, seguridad, costo de los servicios, contaminación, equidad, son materias que afectan lo que denominamos calidad de vida y serán consecuencia del buen o mal diseño de la ciudad.

Otra arista que involucra a nuestro gremio constructor tiene que ver con cómo se respeta y valora el tiempo de las personas. Cuando se enfrentan obras que se realizan en bienes nacionales de uso público, por ejemplo, en una calle para intervenirla, debe considerarse en la ecuación la incomodidad y el tiempo extra que significará para todos mientras duren las faenas. No se entiende que durante largos periodos se observe poco avance o lisa y llanamente a nadie trabajando en ellas, dilatando innecesariamente la molestia para los usuarios. En las bases debería fomentarse la rápida ejecución. El beneficio social compensaría con creces el costo de acelerarlas.

Esperamos que luego de las necesarias reflexiones surja la acción y construyamos entre todos una mejor sociedad. Estamos ante una gran oportunidad. Estamos ciertos de que sabremos aprovecharla.