Presidente CChC Punta Arenas: “Instituciones sólidas”

02 / 02 / 16
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La demora en la aprobación del nuevo Plano Regulador Comunal (PRC) evidentemente perjudica al desarrollo de Punta Arenas. Mantiene restringida la disponibilidad de suelo urbano y demora la entrada en vigencia de las normas que la propia ciudad definió como marco regulatorio para ordenar su crecimiento futuro.

Los procesos de renovación de los PRC a nivel nacional son tan engorrosos que usualmente demoran varios años para su diseño y luego varios años para su aprobación. Tanto es así que en múltiples casos ocurre que el nuevo instrumento, al momento de entrar en vigencia, ya está obsoleto. Es necesario y urgente revisar la normativa que regula estos procesos para lograr una mayor agilidad de los mismos y evitar los problemas asociados a semejantes dilaciones.

En el intertanto, sin embargo, debemos ser capaces de respetar las regulaciones actuales y de garantizar la certeza jurídica de los actos administrativos ejecutados al amparo de las mismas. La vulneración de estos principios básicos suele tener consecuencias altamente indeseables. Una de ellas es la pérdida de confianza en las reglas, con el efecto paralizante que ésta conlleva. ¿Quién se animará a iniciar un proyecto si existe la posibilidad de que el mismo sea bloqueado a pesar de que cumple con los requisitos establecidos?

La paralización de las inversiones hace que se dejen de contratar estudios, que se dejen de requerir servicios logísticos, que se deje de demandar mano de obra, comprar materiales, transportarlos y un largo etcétera que afecta a los más diversos sectores. Al haber menos actividad también disminuyen los ingresos del fisco vía impuestos, que son los que permiten sustentar los programas sociales.

Una diferencia fundamental entre los países que avanzan efectivamente hacia el desarrollo y los que perseveran en su condición de bananeros es que los primeros respetan a sus instituciones, mientras que los segundos se permiten cambiar las normas según las preferencias de las autoridades de turno, o de los grupos de interés capaces de influenciarlas.

Las reglas, como toda obra humana, son perfectibles. Es lógico que sean revisadas y que evolucionen para adaptarse a los tiempos. Estos procesos deben ser ágiles, transparentes, participativos y apegados a la institucionalidad vigente. Es la manera de avanzar y resolver los problemas actuales sin que el remedio salga más caro que la enfermedad.

Jan Gysling Brinkmann

Presidente CChC Punta Arenas