¿Para dónde va la micro?

01 / 08 / 20
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Quienes nacieron en plena era digital difícilmente entenderán que antes, cuando uno abordaba el transporte público era usual preguntar al chofer ¿para dónde va la micro? En pocos segundos, él relataba mejor que cualquier aplicación actual, la sucesión de calles e hitos que incluía su recorrido. Para las actuales generaciones es incomprensible que debiésemos saber el nombre de las calles y revisar mapas antes de iniciar cualquier trayecto. Los tiempos cambian.

Nuestro país ha sido reconocido internacionalmente por mantener una consistente estabilidad en los índices macroeconómicos. Como asevera el Banco Mundial: “Chile ha sido una de las economías latinoamericanas que más rápido creció en las últimas décadas, debido a un marco económico sólido, que le ha permitido amortiguar los efectos de un contexto internacional volátil y reducir la pobreza”. Existe consenso entre quienes han estudiado el tema, en que Chile transitó exitosamente la primera mitad del camino al desarrollo, pero las fórmulas que sirvieron para ese tramo deben ser cambiadas para lo que resta en adelante. Más del 30% de la población es económicamente vulnerable y la desigualdad de ingresos sigue siendo elevada. El endeudamiento, y el precio de las viviendas van en aumento deteriorando la convivencia social. Hay muchos que se van quedando atrás. Es necesario pensar entonces ¿para dónde va la microeconomía?

Solo a través de nuevas reglas será posible revertir esta tendencia. Se requiere promover el ingreso de más actores a la prosperidad económica. Las nuevas tecnologías adoptadas forzosamente producto de la pandemia permiten acortar camino en un sinnúmero de tramitaciones, es necesario eliminarlas definitivamente. Trabajar desde casa requerirá modificar la legislación laboral flexibilizándola para poder elegir entre más alternativas. Muchos son los emprendimientos que surgieron en este tiempo y para estimular muchos más deben repensarse las reglas tributarias para que no acaben por desaparecer prematuramente. La enseñanza a distancia abre inmensas oportunidades de educación eliminando las actuales barreras de acceso geográficas y económicas, será necesario un nuevo sistema de selección.

En momentos en que se debe reactivar la economía para recuperar lo perdido, estamos ante la posibilidad de elegir nuevos caminos por donde andar. Mantener reglas obsoletas nos anclará al pasado e imposibilitará despegar hacia un futuro mejor para todos.