Nuevo Plan Regulador Comunal: Una oportunidad para mejorar la calidad de vida de Copiapó

02 / 06 / 22 Por: Claudio Sáez Antuña, presidente Comité de Vivienda e Inmobiliario CChC Copiapó
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El colapso de nuestras calles durante los primeros meses de 2022, que coincide con la vuelta de parte importante de la comunidad a actividades presenciales, no debería sorprender a nadie. Aunque no es un fenómeno único y particular -es algo que se repite en las distintas ciudades del país y que está fuertemente enmarcado en un aumento explosivo de ventas de vehículos desde que comenzó la pandemia-, es cosa de hacer una revisión rápida de tendencias demográficas, necesidad por nuevas viviendas y crecimiento del parque vehicular, para comprender que la situación que se vive en Copiapó no es nada más que una conjunción de diversos factores que se están traduciendo en un costo para nuestra calidad de vida urbana.

Pero vamos por parte. Entre el 2002 (año que se realizó la última actualización del Plan Regulador) y el 2017 (año del último Censo) en Copiapó la población creció desde los 125.983 a los 153.937 habitantes, un crecimiento muy significativo, tomando en cuenta que porcentualmente representó un aumento de 19,25%, muy por sobre la media país que fue de un 16,26% durante esos quince años. Según el INE, además, proyectando la tendencia demográfica podríamos aumentar en un 12,6% más la población, llegando a 173 mil personas en este 2022.

Paralelamente, como una respuesta natural a lo anterior, ha existido -y sigue existiendo, incluso con más fuerza hoy en día- una importante demanda por nuevas viviendas, pasando de las 35.081 que existían en 2002, a más de 58 mil que tendríamos en 2022, lo que representa un 60% de crecimiento. En esta área también podríamos mencionar otras situaciones que están influyendo como la inmigración, la proliferación de campamentos, el déficit habitacional (que alcanzó las 14 mil unidades según Déficit Cero, influido especialmente por el allegamiento) y las nuevas tendencias sobre la adquisición de inmuebles, con familias de menor tamaño y personas que viven solas, que han impulsado la densificación.

Las consecuencias de una mayor población y la consiguiente y natural demanda por nuevas viviendas, ha sido un aumento considerable en el parque automotriz. Según la Dirección de Tránsito de la Municipalidad en 2021 se contabilizaron más de 53 mil vehículos particulares, dos mil de locomoción colectiva (taxis, colectivos, micros) y tres mil de carga pesada, estamos hablando de casi un auto por cada tres personas en nuestra ciudad, ¡una relación altísima!

A pesar de los esfuerzos que se han realizado durante las últimas administraciones municipales y gubernamentales para enfrentar esta realidad, hoy es evidente -a la luz del colapso de las principales vías urbanas y una incomodidad en la forma de habitar la urbe- que en nuestra ciudad existe una falta de planificación, una infraestructura vial insuficiente y un crecimiento inorgánico que está afectando seriamente el día a día de quienes vivimos en Copiapó.

Habría además que precisar que no todo se resolverá sólo con más obras, si queremos ser una ciudad que mire a un siglo XXI donde la sostenibilidad y el cuidado del medio ambiente son fundamentales, se debe impulsar con mayor fuerza el transporte público, lo que incluye fortalecer lo que existe con mayores alternativas, incentivar el uso de diversas formas de movilidad -incluyendo las ciclovías y zonas exclusivamente peatonales- y por qué no pensar en grande con un tranvía aprovechando las líneas del tren
en desuso.

Volvamos entonces al 2002. Desde ese año que no se actualiza el Plano Regulador de Copiapó, a pesar del crecimiento de un 20% de la población, un 60% de las viviendas y más de un 50% del parque automotriz. Quizás suene a un tema muy técnico, pero este instrumento de planificación justamente tiene como objetivo generar un buen desarrollo urbano considerando las características propias del territorio y en ese sentido poder adelantarnos a los fenómenos multicausales que presionan el crecimiento de una determinada ciudad y afectan la calidad de vida de usted, de mí y de todas y todos; tendencias que ya podemos empezar a proyectar desde hoy hacia los próximos diez o quince años.

Esto es fundamental para evitar los colapsos que sufrimos actualmente, no podemos seguir actuando sobre la marcha, sino que, como lo hacen países adelantados en esta materia, llegar antes que el problema, lo que es más eficiente y tiene menores costos. Para eso será clave contar con una participación ciudadana masiva, transversal y comprometida en esta discusión sobre el nuevo Plan Regulador -en los talleres, charlas y presentaciones-, nadie conoce mejor los dolores de la ciudad y sus diversas zonas -los callejones, Paipote, la Chimba, el centro, el Palomar, los sectores altos, por nombrar algunas- que sus propios habitantes, conocimiento práctico que apoyado con datos duros y expertise técnica puede ayudar a desarrollar ese Copiapó que tanto queremos, pues si no participamos y llegamos entre todos a consensos, perderemos una oportunidad única que volverá a presentarse, en el mejor de los casos, en diez años más.

Claudio Sáez Antuña
Presidente Comité de Vivienda e Inmobiliario CChC Copiapó