¿Me da permiso?

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Por Alicia Vesperinas

Presidente CChC Osorno

Publicada el 12 de octubre en el Diario Austral Osorno

 

Pedir permiso es considerado en todas las culturas una señal de cortesía; es una interacción social que regula el comportamiento entre miembros de una sociedad. Pedir permiso y dar las gracias es señal de una buena educación.

Pedir permiso, significa también pedir autorización para realizar una determinada acción. Es así, como para iniciar cualquier proyecto de inversión, son 400 los trámites, regulados por 53 entidades distintas que deben sortearse antes de ponerlo en marcha. Constantemente, se incorporan nuevas regulaciones y exigencias, a razón de 11.000 nuevas por año desde el 2010 a la fecha que conllevan mejoras en el estándar, lo que apunta en la dirección correcta, pero que lamentablemente no van acompañadas de los ajustes necesarios en cuanto a dotación, ni capacitaciones, ni equipamiento, ni coordinaciones en los organismos que las deben hacer cumplir.

A pesar de que se imponen plazos legales para entregar las autorizaciones, éstos no se cumplen ni cercanamente. Por ejemplo, una concesión marítima, que debería entregarse en un máximo teórico de 180 días, se tarda en promedio 1.362 días. En nuestra zona, la gran mayoría de la inversión se ejecuta en zonas rurales, donde debe obtenerse el cambio de uso de suelo, la aprobación del proyecto de aguas y conexión con caminos públicos. Cualquiera que haya debido sortear dichas gestiones, podrá comprobar que los 20 meses que contempla la normativa se transforman en la realidad en 46 meses en promedio.

No es de extrañar que la excesiva burocracia, además de encarecer innecesariamente los proyectos, termine por desincentivar a quienes busquen iniciar inversiones. Es muy difícil estimar y proyectar flujos en escenarios tan inciertos, más aun, para pequeños emprendedores. En cinco años los entornos han cambiado tanto que hasta lo que se pensaba necesario puede quedar obsoleto antes de siquiera ver la luz.

Hace unos días el gobierno impulsó la Agenda de Reimpulso Económico para afrontar el estancamiento del crecimiento. Poco efecto tendrá si no se abordan materias propias de la permisología en profundidad. Estas representan un lastre que nos mantiene anclados al siglo XX impidiendo avanzar con la rapidez que impone la modernidad. No debemos poner más trabas a quienes tienen la voluntad de arriesgar y aportar al desarrollo. Cuando toquen la puerta para pedir permiso, deberían escuchar rápida y amablemente: ¡adelante, pase usted!