Ley de causa y efecto

09 / 02 / 24 Por: Wilma Muñoz, presidente CChC Osorno
WilmaMu%C3%B1oz_PresidentaCChCOsorno.jpg WilmaMu%C3%B1oz_PresidentaCChCOsorno.jpg

Por Wilma Muñoz, arquitecto y presidente de la Cámara Chilena de la Construcción Osorno

Publicado el 09 de febrero 2024 en el Diario Austral Osorno

Termina una semana caracterizada por hechos tristes y lamentables en los que más de un centenar de personas perdieron la vida en los incendios forestales de la V región que destruyeron miles de viviendas, historias familiares y sueños por cumplir. Este grado de destrucción solo comparable con el daño ocasionado por el terremoto y posterior tsunami del 27 de Febrero de 2010, nos remonta a los hechos ocurridos mientras se desarrollaba en el Congreso Nacional la ceremonia de cambio de mando presidencial entre los ex mandatarios Michelle Bachelet y Sebastián Piñera.

Y paradojalmente esta semana, exactamente 14 años después de aquel evento, que marcó el inicio del primer periodo presidencial de Sebastián Piñera, se apaga la vida del ex Presidente en un lamentable accidente aéreo sobre el lago Ranco.

Cómo se vinculan estos acontecimientos es un verdadero misterio, pero lo que se evidencia en cada uno de ellos es nuestra fragilidad como seres humanos. Esa delgada línea entre la vida y la muerte que nos recuerda que solo estamos de paso.

Recuerdo una frase del primer cosmonauta que orbitó la tierra y a su regreso declaró en una entrevista que había quedado maravillado con lo que pudo observar de nuestro planeta desde el espacio exterior y que lo único que no pudo distinguir fueron las fronteras entre los países.

Como tampoco el fuego distingue el límite entre lo urbano y lo rural, o el agua discrimina entre las áreas de riesgo y las habitables, o el viento que traslada las cenizas de una erupción volcánica barriendo con los límites políticos entre los países.

¿Estamos preparados para reaccionar ante estas amenazas naturales…? Sí, efectivamente, estamos preparados y acostumbrados.

¿Y tenemos la capacidad de anticiparnos a los desastres naturales que ya se vuelven estacionales? Sin duda la tenemos.

¿Pero estamos dispuestos a aportar cada uno desde nuestro ámbito para pasar del estupor a la acción? Al menos yo sí … ¿y usted?