La coherencia

11 / 04 / 20
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Por Alicia Vesperinas, presidente CChC Osorno

Publicado en Diario Austral Osorno el 11 de abril 2020

 

Han transcurrido 39 días desde que se registró el primer caso de Covid-19 en nuestro país. Desde ese 3 de marzo a la fecha, todos hemos debido adaptar nuestras rutinas en un esfuerzo colectivo por aplacar los efectos de la pandemia que tiene en vilo al mundo entero.

Preventivamente, nuestra organización instruyó el cierre de las oficinas en las 18 sedes regionales, así como en el edificio principal fomentando en lo posible el teletrabajo y llamó a sus asociados a extremar las medidas de higiene para proteger su salud y la de sus trabajadores.

Con el avance del número de los contagios, la autoridad sanitaria ha dictado crecientes medidas de restricción. Actualmente nuestra comuna se encuentra en cuarentena total desde hace 11 días y en la región existen cordones sanitarios en San Pablo y Chiloé, sin embargo, existen actividades del tipo esencial o prioritario, definidas por la misma autoridad, que deben seguir funcionando por su rol estratégico.

En el caso de la construcción, la información ha sido ambigua y confusa. Por una parte, se nos indica detener las faenas, salvo excepciones, pero no existe a la fecha un instructivo que determine cuáles obras deben continuar su ejecución y cuáles no. Tanto el Ministerio de Obras Públicas como el de la Vivienda, no han decretado la paralización formal de las obras, lo que en la práctica significa que los plazos de los contratos siguen avanzando como si todo fuese normal. Esto ha obligado, a pesar de todas las dificultades, a intentar cumplir con lo pactado. Pero en la práctica resulta imposible. No existe un salvoconducto que permita la circulación de trabajadores de una construcción específicamente. No existe un normal abastecimiento de materiales. Los servicios públicos están con sus propias dificultades de funcionamiento. Los controles sanitarios significan muchas horas perdidas al día y el toque de queda limita adicionalmente las horas de circulación.

Nuestra intención ha sido siempre la de respetar estrictamente lo dictado por la autoridad, por lo que precisamos de instrucciones claras. Si la determinación es continuar o detener las obras, acataremos. Esta indefinición solo agrega incertidumbre e imposibilita tomar acciones para intentar capear este difícil momento que requerirá del talento y la voluntad de todos.