HABLEMOS DE UN CORREDOR BIOCEÁNICO DE VERDAD

Cuando hablamos de Corredor Bioceánico, nos parece que la gente tiende a pensar en una ruta que conecta dos puntos. Cuando se habla de Corredor Bioceánico de Capricornio, nos sitúan en una ruta terrestre que une el Noroeste Argentino con el Océano Pacífico.

Pero un corredor no es solamente caminos que faciliten el tránsito, se trata de un engranaje más complejo, de servicios logísticos, de recurso humano capacitado, de normativas aduaneras y fitosanitarias y de la infraestructura para que operen distintas plataformas, tales como control aduanero, control agrícola y de distribución de cargas a puerto, entre otras cosas.

Se trata de contar con puertos con la capacidad suficiente para el despacho y recepción de cargas; áreas para consolidación de estas; transformación de productos; servicios a los usuarios, etc. Es un tema complejo, sin dudas.

Por eso nos preocupa la liviandad con la que se trata hoy el tema. Se justifica el mejoramiento de un tramo de carretera, que más favorece la salida a la producción de mineras de la zona cercana a Peine que a la comunidad misma, y ya se habla de la Ruta del Corredor Bioceánico. Se invierte recursos en los puertos de Antofagasta y Mejillones y ya se habla de estar preparados para recibir las cargas del corredor, cuando sólo la producción del Mato Groso, de millones de toneladas, que se sumadas a las cargas existentes, pudieran requerir los puertos de todo el Norte de Chile.

Frente a esta preocupación es que levantamos el tema de la necesidad de contar con estudios técnicos que puedan determinar cantidad y ubicación de una o varias plataformas a nivel regional. Y si este estudio indica que la carga que se espera es tan poca que bastaría con los puertos de Antofagasta y Mejillones, bien por ellos. Pero si este estudio indica que la zona de interés logística se debe localizar en “X” lugar, ahí debería ser considerada.

Como Cámara Chilena de la Construcción creemos que la mejor vía es realizar un estudio y generar una base técnica que valide cuáles son las vías más expeditas (carreteras, ferrovías o aéreas) y los puntos óptimos para instalar las plataformas, de manera que se consideren los atributos y vocación productiva de cada comuna o ciudad de esta región.