¿Hablemos de desarrollo?

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Por Alicia Vesperinas

Presidente CChC Osorno

Publicada en Diario Austral Osorno el 02 de febrero del 2019.

 

¿Se ha dado cuenta de que todos los días escuchamos que tal obra o tal política pública se hace buscando el “desarrollo y aumentar la calidad de vida”? Es casi una muletilla; todo se hace en pos del tan mentado desarrollo. Dicen los economistas que es posible alcanzarlo en pocos años más, pensando en que estará ahí, cuando crucemos el umbral de cierto PIB per cápita, por lo que se afanan en aumentar el crecimiento que nos ubicará en el grupo de países que lo lograron.

¿Es tan simple? Parece que no. Diariamente constatamos que lo que para unos es desarrollo para otros no lo es tanto. Por ejemplo, algunos piensan que desarrollo es poder contar con grandes carreteras por donde llegar expeditamente de un lugar a otro, a lo largo y ancho del territorio. Para otros, desarrollo es consumo, poder acceder a bienes suntuarios. Habrá quienes creen que desarrollo es vivir en lugares a la vanguardia en arquitectura y tecnología, con rascacielos que casi lo tocan. Por otra parte, no pocos creen que desarrollo es disponer de tiempo libre para realizar actividades recreativas o artísticas. Desarrollo puede ser también vivir con menos, alejarse del ruido citadino y disfrutar la contemplación del paisaje. Y por qué no, podría ser igualmente educación, civilidad, seguridad, respeto por el vecino y sentido de comunidad.

No tiene nada de malo que cada cual tenga su propia definición. El problema surge cuando estas visiones entran en colisión y se debe optar. ¿Qué hace la autoridad? ¿Dónde coloca los recursos? ¿Cuáles son las prioridades? Debemos ponernos de acuerdo. Si no, se anunciarán medidas que luego corren el riesgo de perder fuerza y fallar el objetivo. Un claro ejemplo de esto es el Plan de Descontaminación de Osorno. Se inició hace tres años y faltando pocos días para que entre en vigor la principal medida, que es la prohibición de uso de leña húmeda, hay quienes están solicitando se postergue, argumentando razones económicas o efectos sociales. Si así sucede, ninguna de las otras medidas del plan tiene sentido. Su efecto será absolutamente marginal fracasando el objetivo propuesto.

Si esto ocurre cuando estamos hablando de nada menos que del aire que respiramos, de la primera necesidad humana, qué nos queda para el resto. Necesitamos hablar de desarrollo, pero hablar en serio, solo así aunaremos voluntades para avanzar. De otra forma siempre estaremos en vía de…