Escenario laboral regional actual

De todos es conocido el gran dinamismo del mercado laboral en nuestro país en la que no solo nos vemos enfrentados a la escasez de mano de obra sino también a la falta de mano de obra especializada.

Por un lado y de forma contrapuesta, el estado financia los programas de mejoramiento urbano (PMU) por un monto de 4100 millones para generar fuentes laborales no productiva… ¿esto aporta al desarrollo productivo de la región?, posiblemente no.

Por otro lado, está la mano de obra no especializada, tema que debe ser abordado por los empresarios, con herramientas prácticas del estado. Hoy nuestro gremio, tratando de aportar y revertir esta tendencia a través de los programas de formación que disponemos para los trabajadores de la construcción y sus familias, cuenta con un programa de Certificación de Competencias Laborales y Formación de Oficios, que esperamos que nuestros asociados se sumen al desafío de calificar su mano de obra, lo que permitirá tener un panorama distinto.

No solo el desafío está en la falta de mano de obra, sino que, además, pasa por esta revolución laboral a la que nos enfrentamos, y que hace mucho sentido al aplicarlo a la realidad que vivimos, que comenzó con un gradual cambio, por ejemplo, en los 50 y 60 nos comunicábamos a través de la radio, luego en los 60 y 70 entró en nuestros espacios la televisión, pasando en los 70 y 80 al tímido ingreso de la computación para que, en los 80 llegará internet. Pero la década de los 80 trajo consigo una nueva generación, los millennials, grupo que ha significado un reto, ya que nos desafía a crear estrategias para compatibilizar y comprender las formas en que actúan y realizan su trabajo. Pero este no es único cambio presentado, ya que hoy podemos ver un incremento significativo de la incorporación de la mujer en la fuerza laboral y, en esta industria de la construcción, se ha visto como un gran aporte, sobre todo por su responsabilidad y prolijidad en que realiza su trabajo.

Es por esto que puedo afirmar que el mercado laboral es mucho más complejo que visualizar las cifras actuales de cesantía. Pero mi postura y la invitación que hago es que es necesario fijar objetivos regionales de acuerdo a las estadísticas que permitan llevar a cabo políticas regionales a través de diálogos que nos permitan responder estas grandes interrogantes con respecto a la falta de mano de obra en la región, pero que estos planes se concreten y no queden como ideas que no llegan a puerto. En este escenario, la academia es importante, ya que ellos son quienes mejor conocen el número total de sus egresados y cuántos de ellos se encuentran efectivamente trabajando en la región y en su especialidad. Además, sería muy útil que las universidades de la región realizasen un registro de las carreras con mayor necesidad para la región y, de esta forma, impartir las que son de mayor preferencia para quienes están en período de ingreso a estudios superiores. 

Como sector privado, queremos ser un aporte tanto en la oferta de empleo en conjunto con nuestras empresas asociadas a la Cámara Regional, así como también entregar herramientas a nuestros trabajadores a través de los programas de formación y así potenciar la mano de obra local.