Es posible que,en la atmósfera, existan partículas de CO2 de los tiempos de la Revolución Industrial

Sí, porque estudios recientes indican que una partícula de CO2 puede permanecer en la atmosfera entre 300 a 500 años, antes de desaparecer de una forma natural.

Sensibilizar a la población para que piense y actúe de una manera más sustentable, no es tarea fácil. Tener una clara conciencia de que hemos tomado prestado el mundo de las futuras generaciones es actuar con responsabilidad social.

En el año 2009 el Ministerio Secretaría General de la presidencia, declaro Zona Saturada por material particulado respirable, a la región de O’Higgins y posterior a esto, en el año 2013 se estable el PLAN DE DESCONTAMINACION ADMOSFERICA llamado PDA.

Dicho PDA O’Higgins, contempla una serie de medidas a lograr en un plazo de 10 años. Este plan incluye a un total de 17 comunas del valle central, que son: Rancagua, Graneros, Doñihue, Olivar, Coltauco, Coinco, Quinta de Tilcoco, San Vicente, Placilla, Mostazal, Codegua, Machalí, Malloa, Rengo, Requínoa, San Fernando y Chimbarongo.

Las exigencias y medidas establecidas en el plan, están dirigidas principalmente a la combustión residencial de leña. Que es la principal fuente de material particulado fino (54%).

La utilización de la leña como fuente de calefacción, es una práctica común en muchas regiones del país y del mundo entero, especialmente en países subdesarrollados o en vías de desarrollo. Aunque puede ser una opción económica y de arraigo cultural, el uso de la leña para calefacción conlleva una serie de consecuencias negativas tanto ambientales como en la salud de las personas, sobre todo en niños y personas mayores. Llegando a producir enfermedades respiratorias como asma y bronquitis crónica. Incluso producir problemas cardiovasculares al verse expuestos a contaminantes (partículas finas) que pueden entrar al torrente sanguíneo.

Aunque la leña se considerada como fuente de energía renovable, su combustión produce emisiones de dióxido de carbono(CO2) y Metano (CH4), ambos de efecto invernadero.

Anteriormente, se recomendó cambiar estas prácticas por artefactos con energía menos contaminantes y muchas familias invirtieron en aparatos eléctricos, aire acondicionado, calefactores, etc. sin embargo, la electricidad está subiendo de precio y las economías domésticas comienzan a sufrir este mayor costo, el que tendrá un alza sostenida en los próximos 10 años. De tal manera que se dificulta la posibilidad de calefaccionar a menores costos.

Mejorar el aislamiento térmico de las viviendas (envolvente, puertas y ventanas) y utilizar técnicas de construcción eficientes, desde el punto de vista energético, puede reducir significativamente la necesidad y cantidad de calefacción.

Vale decir, gastar menos energía para calefaccionar una vivienda, tendremos como resultado que, las personas se van a enfermar menos y por ende serán menos las atenciones médicas que se requieran, lo que sin duda tendrá ahorros más que importantes para el estado.

Una vivienda mejor aislada retiene el calor, lo que reduce la cantidad de energía necesaria para mantener una temperatura confortable.