El mal negocio de la Reforma Laboral

15 / 04 / 16
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Hace algunos días el comité ejecutivo de la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC), nuevamente manifestó su rechazo a la Reforma Laboral impulsada por el Gobierno, instancia que como Cámara Chilena de la Construcción adherimos en su totalidad.

Y no es que apoyemos estas declaraciones de forma antojadiza, sino porque en varias oportunidades hemos manifestado que la Reforma Laboral es un mal proyecto debido a que no atiende las necesidades que el país y los trabajadores tienen, porque en lugar de mejorar las condiciones de trabajo y aumentar la productividad, el documento aumenta la incertidumbre, la rigidez del mercado laboral y la conflictividad.

Estas medidas apuntan en el sentido contrario de lo que Chile necesita para volver a crecer y que debería ir en la línea de mejorar los incentivos para la empleabilidad de mujeres, jóvenes y adultos mayores y no solo fortalecer los derechos de los sindicalizados, porque finalmente, esto solo llevará a destruir el buen clima laboral de una empresa.

Además, con este nuevo documento las organizaciones más afectadas serán las pequeñas y medianas empresas, ya que la reforma en sí es un proyecto generalizado que no ayuda en su desarrollo, sino que al contrario las perjudica con la imposibilidad del reemplazo en caso de huelga y con la promoción de los sindicatos inter empresa.

Y nuestro país necesita fortalecer las confianzas entre los trabajadores y sus empleadores, porque de esa forma se logrará seguridad a la hora de realizar cualquier tarea y eso finalmente se verá reflejado en una mayor productividad y en un crecimiento en medio de la inestabilidad económica.

Es por eso que al inicio de esta nota escribía que no era antojadiza nuestra posición, porque como gremio siempre hemos estado preocupados por el crecimiento de nuestro país aportando desde distintas miradas y con distintos estamentos para que ello funcione, sino nuestro slogan no tendría sentido alguno, porque “Construir Chile sí es obra de todos”, y eso incluye al Gobierno, a los empresarios y por supuesto, a nuestros trabajadores.