El efecto dominó de las constructoras

Y pasó. Está ocurriendo lo que tantas veces advertidos por este espacio, notas de prensa, entrevistas y reuniones con la autoridad: las empresas (independiente de su tamaño: grande, mediano, pequeño) no pueden soportar el escenario actual, están quebrando y en consecuencia dejando sin terminar obras indispensables para la región.

El primer afectado es la comunidad ariqueña, ya que la obra del esperado museo Chinchorro quedó paralizado, en tanto, para retomar está iniciativa pasarán, siendo realista, varios meses, quizás años. Un duro golpe para el turismo, el patrimonio… para todos.

Otro punto fundamental es el desempleo, ya que se perdieron más de 200 puestos laborales proyectados para la obra instalada en Azapa, y eso solamente pensando en esta iniciativa.

También se debe analizar el liderazgo al interior de los servicios públicos (y no solamente la autoridad política). Me refiero a un pequeño grupo de funcionarios que actúan con dejadez, exceso de burocracia y poca empatía por las empresas, olvidándose del crecimiento de Arica, lo que desencadena un exceso de trámites que significa que todo se retrase: estados de pagos y recepción de obras, entre otras. Requerimos su compromiso con la región.

Además, esto deja una mala señal para las empresas constructoras, que hoy viendo esta cuestionable disposición (desde un fragmento del mundo público) participarán cada vez menos en licitaciones, ya que está decisión es un riesgo que puede significar la quiebra, como ya viene pasando.

Lo expusimos, lo advertimos, pero se nos dijo que exagerábamos, que las empresas especulaban. Hoy el museo Chinchorro y otras obras seguirán detenidas (lo que significa menos trabajo) como mudo testigo del negligente actuar de algunos que no entienden que la única forma de avanzar es con el mundo privado. Arica se construye con decisión y corazón, sacudámonos y trabajemos por la ciudad que nos acoge.

Esteban Labra Pérez

Presidente CChC Arica