El Costo de la Energía: ¿Remedio o Enfermedad?

07 / 07 / 24 Por: Ricardo Salman A. Presidente de la CChC Ñuble
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Nadie puede negar que las cuentas hay que pagarlas y que los costos deben ser asumidos por quienes los efectúan. El problema surge cuando las cuentas no se pagan a tiempo y se acumulan, como está ocurriendo con el alza de las tarifas eléctricas. Esta situación amenaza el bolsillo y el presupuesto familiar, impactando negativamente en la inflación y en la salud financiera de las familias.

Todo comenzó en 2019, cuando las movilizaciones impidieron el alza del 9% de las tarifas. Como respuesta, se generó un fondo de 1.350 millones de dólares para congelar las tarifas de generación eléctrica. Este congelamiento y la postergación del alza mantenida por este gobierno han generado una deuda de 6.500 millones de dólares con compromiso de pago hasta 2032.

Es claro que la disponibilidad de energía es el soporte del crecimiento económico que tanto necesita nuestro país para aumentar el empleo y los ingresos. Sin embargo, políticas inestables en torno a esta industria perjudican la inversión necesaria en este sector. Postergar el alza de tarifas podría ser fatal para la industria eléctrica y para el presupuesto fiscal, comprometiendo una deuda que no se podría pagar. Además, toda deuda fiscal la terminamos pagando todos los ciudadanos con nuestros impuestos.

No obstante, debemos considerar el contexto. La conducción económica de los últimos diez años, con la pérdida de incentivos a la inversión en general y con un bajo crecimiento, ha sido tan perjudicial que hoy es el peor momento para implementar una “estabilización del sector eléctrico” con el alza de las tarifas. Aunque postergar dichas alzas es un problema, aplicar el remedio hoy podría ser peor que la enfermedad. En la actual condición económica que enfrentamos los chilenos, aplicar el alza tarifaria será darle un duro golpe al empleo y a la economía.

Nuestras autoridades deben tener el talento para encontrar el equilibrio del cual nos salimos bajo presiones y con malas decisiones. Así como antes, hoy y mañana, necesitamos políticas fiscales responsables, con claridad sobre los efectos económicos en el corto, mediano y largo plazo de los proyectos de ley que los gobiernos presentan al Congreso, y que además sean estudiados y resueltos responsablemente por nuestros parlamentarios. Las ideologías no llevan por un buen camino a un país. Las decisiones se deben tomar en un contexto y con un respaldo profesional estudiado por los mejores especialistas.

El gobierno está buscando aprobar medidas que tripliquen el número de beneficiarios del subsidio frente al alza y aumenten su plazo. Para financiar esto, se propone un alza de impuestos, lo que podría tener consecuencias negativas. Aunque se podría lograr la postergación del alza de tarifas, la solución definitiva vendrá cuando la situación económica mejore, producto de una mejor administración, disipando la incertidumbre y aumentando el empleo y los ingresos de las familias.