Desatar nudos críticos para acceder a la vivienda

01 / 03 / 22
DSC_5414.JPG DSC_5414_c.JPG

Un reciente estudio de TECHO-Chile dio a conocer que las familias del quintil más bajo pueden demorar más de 30 años en comprar una vivienda en la región Metropolitana. El año pasado, un estudio desarrollado por la Cámara Chilena de la Construcción en 18 ciudades del país -entre ellas Valdivia- arrojó que el requerimiento de viviendas para familias allegadas de ingresos bajos y medios no tendría una solución en menos diez años, e incluso 20. Sin duda, el déficit habitacional será uno de los principales desafíos del próximo gobierno.

En su programa, el presidente electo Gabriel Boric propuso un Plan de Emergencia Habitacional que incluye un Banco de Suelo Público, impulsar el arriendo a precio justo y la construcción de viviendas con apoyo de iniciativas de autogestión que incentiven la participación de organizaciones de tipo cooperativista, entre otras medidas. Sin embargo, mientras que generan los procesos para estudiar e implementar estas propuestas, la urgencia por brindar soluciones seguirá latente. Por eso creemos que ahora la prioridad debe centrarse en desatar los nudos críticos que están retrasando el acceso de las familias más vulnerables a viviendas sociales. Soluciones que están en proceso, pero que por diferentes motivos no se han concretado. Y en Los Ríos dos suelen ser los principales problemas, la falta de suelos disponibles y la necesidad de agilizar la gestión de los proyectos.

Una de las tantas dimensiones que las nuevas autoridades deberán abordar es la disponibilidad de suelo idóneo para edificar viviendas. No basta con tener suelo fiscal aprovechable, este debe cumplir con factibilidad sanitaria, ser apto para edificar desde su capacidad de soporte y estar situado en una zonificación que permita la construcción de viviendas de acuerdo a los planes reguladores vigentes. En regiones como Los Ríos este es un gran reto, pero para lograrlo se debe avanzar en planificación territorial. También se debe trabajar en garantizar una coordinación eficiente entre los distintos actores y servicios que intervienen en los procesos, para que los proyectos de vivienda
no tengan que pasar por revisiones que se vuelvan eternas cuando no tendrían por qué serlo. La gestión de proyectos de vivienda es un mecanismo de relojería que, si no está bien aceitado, con piezas que calcen perfecto, siempre estará atrasado por mucha cuerda que le demos.

Ya tenemos identificados estos problemas. Sentémonos a conversar y actuemos para desatar estos nudos críticos. Si generamos las voluntades, entre públicos y privados, podremos avanzar de manera más eficiente a cumplir una meta: el déficit cero de viviendas a 2030.