Déficit de vivienda: ¿Problema social o solución integral?

01 / 07 / 23 Por: Wilma Muñoz, presidente CChC Osorno
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Por Wilma Muñoz, presidente CChC Osorno

Publicada el sábado 01 de julio 2023 en el Diario Austral Osorno

Una vez más el clima nos golpea con fuerza inusitada y nuevamente nos encuentra desprevenidos.

Por varios días somos mudos testigos de las imágenes de los desbordes de ríos y esteros que en su paso por campos y poblados arrasan sin distingo con viviendas, hospitales, escuelas, locales y siembras, recuperando los cauces naturales que alguna vez les pertenecieron hace 25, 50 o 100 años.

El agua tiene memoria y no olvida, nosotros sí.

La intervención de la naturaleza ignorando sus ciclos nos pone en una situación de desventaja y vulnerabilidad. Al asumir con humildad que somos parte de un ecosistema dinámico conformado por el movimiento constante de sus elementos, agua, aire y fuego, quizás aprendamos a habitarlo de mejor forma, a extraer sus recursos con respeto, a tratar eficientemente nuestros desechos y a asegurar la calidad del agua y el aire para las futuras generaciones.

Sin embargo, estamos llegando al punto de inflexión, de no retorno, de caducidad, corriendo el riesgo de llegar a normalizar estas imágenes de desastres naturales, con pérdida de vidas humanas, de sueños y esperanzas.

Si somos capaces de unirnos ante la adversidad, por qué no hacerlo para comenzar en serio a planificar y gestionar el territorio que habitamos, resolviendo en el corto plazo la problemática del déficit de vivienda en general, sin distingo social, en lugares seguros y con acceso adecuado a los servicios básicos.

Las cifras hablan por sí solas: cientos de miles de familias carecen de una vivienda apropiada. Lamentablemente, los campamentos se han multiplicado, y según estudios de Techo para Chile en marzo del 2021, existían 81.600 familias viviendo en éstos. Dos años más tarde, la cifra llegó a 144.000. Esto significaría que, cada día, 44 familias se radican en un asentamiento inadecuado para la existencia.

Esto requiere un esfuerzo mancomunado de todos los ministerios relacionados, los gremios y la comunidad, aquí y ahora. Y la disposición para pasar del análisis de los nudos críticos de una burocracia que ya amenaza con convertirse en una ruta crítica permanente, a poner el énfasis en la gestión del territorio con la urgencia y el compromiso que esto requiere de parte de todos.