Cuidémonos con amor en esta primavera

22 / 09 / 23 Por: Alberto Iturra Benavides, presidente Comisión de Seguridad CChC Atacama
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Tenemos la opción de cambiar los accidentes que están relacionados con la imprudencia, el exceso de velocidad o la ingesta de alcohol. Según la Comisión Nacional de Seguridad de Tránsito (Conaset) ha existido un aumento sostenido de fallecidos en accidentes de tránsito en nuestro país -exceptuando un 2020 marcado aún por la pandemia-, llegando el año pasado a 1.745 decesos, que, como venimos repitiendo a lo largo de este ciclo de columnas de opinión, no son números, sino familias que sufren la perdida irreparable de un ser querido.

Recuperemos ese amor que nos haga sentirnos valiosos para nosotros y nuestras familias. Es bueno siempre ponernos en este escenario cuando dejamos de vivir unas nuevas
fiestas patrias. No necesitamos vivir asustados para actuar correctamente y hacer bien lo que aporta a la salud y a la calidad de nuestra existencia, no dejemos espacio para ningún accidente más y mucho menos con tragedias incluidas.

Tal cual como lo recordamos constantemente dentro de nuestras empresas, en base a los lineamientos de la prevención, seguridad y salud laboral, las claves están en cuidarnos, fortalecer lazos sociales y empatizar con los demás; lo que no se ama no se aprecia ni se cuida, y si no somos capaces de entender el riesgo en que nos ponemos a nosotros y otras personas con acciones imprudentes, más aún con la información que manejamos, es decir con conocimiento de lo que pasa constantemente frente a nuestros ojos, es que deliberadamente estamos poniendo en peligro a quienes comparten con nosotros una comunidad.

Aprovechemos la energía primaveral para adelantarnos a situaciones que nos pueden poner en conflicto, tomar precauciones y especialmente cuidar nuestra integridad -y cuando hablo de nuestra integridad, también hablo de quienes nos rodean-, se vuelve fundamental; esto no quiere decir dejar de hacer cosas, el terror nos paraliza y eso no sirve para mantenernos sanos y contentos, sino de entender que las acciones tienen consecuencias.

Finalmente se trata, como es definido en psicología, de tomar conciencia, hacernos cargo del importante rol que tenemos para aportar en el bienestar y calidad de vida y de que somos capaces, trabajando colaborativamente y siempre pensando en el bien común, de cambiar eso que parece inevitable, haciéndonos cargo de nuestro comportamiento y, al mismo tiempo, aportando a mejorar el de los demás.

No podemos dejar de lado de que tenemos un grave problema de salud mental, que se agravó durante la pandemia, lo que genera una mayor vulnerabilidad y estamos expuestos a reacciones impredecibles de otros. Esto debe decir que el cambio parte por uno mismo, fomentando un trabajo en equipo (en nuestro entorno laboral, familiar y en el barrio), entrenado, adelantándonos a situaciones de riesgo y especialmente empatizando con los demás, pues muchas veces de nuestras propias acciones depende el futuro de todas y todos.

Alberto Iturra Benavides
Presidente Comisión de Seguridad CChC Atacama