Copiapó, nuestra ciudad

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El 8 de diciembre Copiapó cumplió 273 años. Un período de tiempo significativo para una ciudad donde se ha cimentado parte importante de la historia de Chile con hitos como la llegada de Diego de Almagro, la explotación del Chañarcillo de Plata -que en su época sacó de una profunda crisis económica al país-, la construcción del primer ferrocarril en suelo nacional o la innovación arquitectónica de algunos de los palacetes que se construyeron en el siglo XIX en la zona.

Por lo mismo es que causó tanta molestia la portada de un diario de Santiago que titulaba “Cosas que no hay que hacer en Chile”, “No vivir en Copiapó” y “No visitar Copiapó”, minimizando el aporte -invisibilizado en gran parte por el centralismo- realizado por miles de personas que ponen sus expectativas familiares, laborales y personales en esta tierra.

Pero esta tendenciosa interpretación periodística de un estudio sobre ciudades en Chile, no puede hacer obviar una realidad palpable: la falta de planificación y trabajo urbano en Copiapó, que impacta en la calidad de vida de sus habitantes. Un tema que desde ya el próximo gobierno debiera comenzar a tomar nota.

En el sentido macro, habría que decir que en esta dinámica influyen un plan regulador comunal que no se actualiza desde 2002, a pesar de los cambios urbanos -que incluyen desastres naturales y un crecimiento inorgánico materializado en la aparición de tomas- y demográficos, siendo que es el instrumento que permite proyectar territorialmente la ciudad; y la falta de una visión de futuro, enmarcada en un plan de largo plazo, que incluya participación ciudadana, lo que hemos planteado como CChC a nivel de ideas con el master plan Copiapó 2050.

Tema aparte es la exposición en la que nos encontramos ante posibles aluviones, una incertidumbre que debería replantear la estrategia -o su falta- de crecimiento de la capital regional.

Copiapó merece una mejor calidad de vida. Por lo que entrega la comuna al PIB del país, por la historia que la precede, por su gente. Para eso la labor debe volver a enfocarse en el lugar que habitamos y compartimos, ese lugar que llamamos ciudad, y que aunque a veces pareciera quedar relegada en comparación con otras contingencias, es donde trabajando colaborativamente podremos construir un mejor futuro para todos.

Juan José Arroyo

Presidente CChC Copiapó