Competencia justa

30 / 10 / 15
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La experiencia con algunas empresas extranjeras en la construcción de obras públicas no ha sido la más satisfactoria en nuestro país y región. No sólo nos hemos encontrado con obras mal terminadas sino también con trabajos abandonados y sin ninguna respuesta satisfactoria para el mandante, o sea el Estado chileno, que muchas veces debe judicializar el tema para buscar algún tipo de contestación.

Casos como los visto en el nuevo estadio municipal Zorros del Desierto y la construcción de la doble vía Calama-Carmen Alto son ejemplos cercanos que confirman lamentablemente esta realidad, perjudicando el desarrollo de nuestras ciudades y de paso de sus habitantes que esperan con ilusión una nueva obra para mejorar su calidad de vida, bienestar e incluso postergación.

Lo lamentable es que muchas veces esas mismas empresas “infractoras” vuelven a adjudicarse nuevos y grandes proyectos, sin reparo alguno a lo que muestra su “hoja de vida empresarial o de obra” en algunos casos. El diagnóstico es claro, sin embargo hay que buscar a través de las leyes u otro tipo de mecanismos para evitar que esta mala práctica empresarial siga ocurriendo en nuestro territorio.

Para disminuir la posibilidad de que estas empresas no finalicen las obras o no cumplan con todos los requisitos es fundamental, por ejemplo, crear un registro estatal que muestre el nivel de comportamiento de cada empresa, sea nacional o extranjera, que sirva de aval para saber si serán capaces de cumplir con las obras comprometidas o, en su efecto, responder con una garantía adecuada en caso que llegaran a fallar. Otra solución sería poner mayores restricciones a aquellas que caigan en incumplimientos de contratos u obras, y al contrario, favorecer a aquellas que sí cumplen con lo establecido contractualmente.

Si bien desde el punto de vista económico el fomento a la libre competencia redunda en una mayor eficiencia, ésta igualmente debe ser justa tanto para las empresas nacionales como las extranjeras para que así tengan el mismo trato en las licitaciones y sin discriminaciones, independiente del tipo de obras a ejecutar dentro de nuestras fronteras.

Por Juan González Beltrán, presidente regional CChC Calama