Ciudad sostenible

10 / 09 / 22 Por: Andrés Angulo, presidente CChC Osorno
andres-angulo-presidente-cchc-osorno.png andres-angulo-presidente-cchc-osorno.png

Por Andrés Angulo, presidente CChC Osorno

Publicada el sábado 10 de septiembre 2022 en el Diario Austral Osorno

La naturaleza es cíclica y algunos son ciclos rápidos, como los cambios de las mareas, el día y la noche, las fases lunares y las estaciones. Otros son más graduales, como las glaciaciones, el cambio de ángulo de la Tierra sobre su eje, y la deriva continental. Combinados, estos ciclos regulan y mantienen el equilibrio natural del planeta.

Cuando ignoramos los ciclos y procesos naturales del planeta, lo hacemos a nuestro propio riesgo. Sabemos que el planeta tiene un inmenso poder y es capaz de generar movimientos repentinos con el fin de regenerarse a sí mismo, y, sin embargo, insistimos en el desarrollo urbano de zonas de alto riesgo. Una planificación deficiente nos hace muy vulnerables a fenómenos naturales y a costosas pérdidas en términos de vidas humanas y de bienes.

Urgidos por la carencia de viviendas cuyo déficit en Osorno alcanza a las 6.000 unidades, la gente está presionada a buscar soluciones construyendo sus casas en lugares de riesgo cada vez más precarios, como es el caso de los campamentos.

Se estima que para el 2050 más de dos tercios de la población mundial (70 %) van a vivir en pueblos y ciudades. De acuerdo con el Programa de Asentamientos Humanos de las Naciones Unidas (ONU- Hábitat), América Latina y el Caribe fueron las regiones más urbanizadas del mundo en 2012, con casi el 80% de su población asentadas en urbes.

Las grandes metrópolis generan una gran demanda de infraestructura. A su vez, los largos desplazamientos al trabajo y el transporte de alimentos y bienes aumentan la demanda de combustibles. Esto, sumado a otros fenómenos, genera contaminación y residuos enormes, lo que puede provocar consecuencias nefastas si se omite una buena planificación.

El Programa Ambiental de las Naciones Unidas (PNUMA) describe el desarrollo sostenible como “la mejora de la calidad de vida humana sin rebasar la capacidad de carga de los ecosistemas de apoyo”. Las ciudades pueden ser sostenibles. Después de todo, los recursos pueden ser conservados cuando las personas viven cerca unas de las otras y comparten las áreas verdes, carreteras, transporte público, educación, áreas de recreación, y otros espacios públicos. Compartir recursos puede crear oportunidades económicas también.

Las ciudades y las zonas rurales son interdependientes; deben cuidar las unas de las otras para lograr la sostenibilidad. Cuando se hace esto con éxito, todos ganamos.