Campamentos: medidas inmediatas

20 / 03 / 23
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Carta al Director, diario El Mercurio

Por Juan Armando Vicuña, presidente de la Cámara Chilena de la Construcción

Señor Director:

Vemos con preocupación las cifras reveladas recientemente por TECHO Chile, las cuales nos muestran que actualmente hay 113.887 familias viviendo en 1.290 campamentos a lo largo de todo el país. Esto significa un aumento de 39,5% en los últimos años, evidenciando la profundidad y rapidez con la que la crisis de la vivienda, y por ende el déficit habitacional, se ha expandido y triplicado en los últimos años, un lamentable retroceso de los avances que nuestro país había logrado en esta materia en las últimas décadas.

Se nos acabó el tiempo para seguir haciendo diagnósticos. Esta crisis necesita soluciones integrales y nuevas herramientas, por lo que debemos movilizarnos con urgencia. Pero no solo debemos asegurarnos de dar solución a la crisis de vivienda, sino también preocuparnos del déficit de ciudad.

Es decir, debemos permitir a las familias tener acceso a una vivienda, pero también a servicios y a una mejor calidad de vida. Para lograr esto, tenemos que pensar fuera de la caja: revisar y modificar el marco normativo para acelerar la construcción de viviendas sociales, certificar a más empresas para promover la construcción industrializada de alta calidad, generar una política de arriendo social y promover el desarrollo de nuevos barrios que cuenten con servicios, transporte y que ofrezcan mejor calidad de vida.

No podemos tolerar que existan compatriotas que no cuenten con un techo ni con un suelo digno. Por eso, como Cámara de la Construcción estamos trabajando junto al Ministerio de Vivienda para que pueda cumplir con su meta de 260 mil viviendas y también junto a distintas organizaciones sociales, como Déficit Cero, para avanzar lo más rápido posible para que estas viviendas lleguen pronto, con pertenencia al lugar y una adecuada calidad de ciudad. La colaboración público-privada es una palanca para avanzar con rapidez en cada una de estas dimensiones.

Si queremos avanzar como país, debemos convencernos de que la crisis habitacional es una responsabilidad de todos y, a partir de esa convicción, acelerar las soluciones.