APL de la Construcción: productividad, innovación y competitividad

24 / 01 / 24
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Por Marcela Torres Moraga, past presidenta CChC Antofagasta

En 2023 la CChC Antofagasta dio un paso significativo hacia la sostenibilidad junto la Agencia de Sustentabilidad y Cambio Climático (ASCC) y el Gobierno Regional, firmó un Acuerdo de Producción Limpia (APL) que propiciará la prevención, valorización y correcta gestión de Residuos de Construcción y Demolición (RCD) y el consumo sustentable del recurso hídrico en la industria de la construcción regional. Todo lo anterior es crucial ya que hoy en día no se trata solo de un tema de ética empresarial, sino que los distintos mercados internacionales están exigiendo a las empresas ser amigables y activas con el medio ambiente y sus comunidades.


El hecho que desde la construcción nazca un proyecto en el cual las empresas, de manera voluntaria, se hagan cargo de sus residuos segregándolos y clasificándolos para darles un nuevo uso es motivador y da esperanzas ciertas de que la calidad de vida urbana mejorará para todas las personas de la ciudad.

A la fecha ya se han implementado 213 APL y casi 10 mil empresas ya han participado. Estos acuerdos permiten y propician la generación de sinergia y el apoyo entre las distintas empresas de una industria en particular, la academia y el Estado. Se trata de una opción económica, eficiente y rentable de avanzar de un modo concreto ya que es un instrumento que requiere una baja inversión para ser implementado por las empresas y la gran ventaja que tiene es que genera mucha rentabilidad.

Como CChC Antofagasta hacemos un llamado a trabajar en estrategias coordinadas y en conjunto seamos capaces-con el esfuerzo de todos-de resolver esta situación.
Es posible hoy utilizar las condiciones ya existentes, por ejemplo, la ASCC recomienda analizar la ley de concesiones del Ministerio de Obras Públicas o la Ley de Financiamiento Urbano Compartido del Minvu, que son dos instrumentos que permiten la colaboración público privada para el desarrollo de proyectos que colaboren en estos temas.

Uno de los principales desafíos es que la ciudadanía se involucre y pueda empujar a que nuestras autoridades gestionen con urgencia la habilitación de lugares de disposición final de los RCD, y que entiendan que los residuos de la construcción y demolición no son basura, sino el inicio de un nuevo ciclo de vida para ellos a través de la revalorización.


Para la industria, los beneficios son muchos que se traspasan a las mismas empresas de la construcción, incluyendo la disminución de la tasa de accidentabilidad y el menor costo de transporte de residuos hasta un lugar de disposición final, e incluso poder reutilizar algunos de esos residuos insertándolos nuevamente en el proceso constructivo.

Las expectativas son ambiciosas, en el corto plazo cumplir de manera ordenada todos los pasos que el APL nos exige. Y a largo plazo, dejar un ejemplo que, si una industria tan compleja como es la construcción logra avanzar con el desafío de la economía circular, podremos llegar a profesionalizar y dar mayor eficiencia a nuestras obras lo que aseguro, va a redundar también en menores costos en los procesos productivos, haciéndolos también mucho más eficientes y amigables con el medioambiente.