Acero en Crisis: El Desafío de Huachipato y el Impacto de China en Chile

23 / 03 / 24 Por: Ricardo Salman A. Presidente de la CChC Ñuble
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La noticia del inminente cierre de la siderúrgica Huachipato en Talcahuano, perteneciente al Grupo CAP, ha desatado una alarma sin precedentes en la industria del acero chilena. Esta industria, con una venerable historia de más de 73 años, actualmente emplea a 2800 trabajadores directos, con un impacto indirecto que alcanza los 20,000 puestos de trabajo.

La globalización económica, si bien ha democratizado el acceso a productos a precios más bajos, también ha expuesto a la industria nacional a riesgos significativos. La desaceleración económica global, especialmente en China, ha golpeado la demanda de acero. China, anteriormente un motor del crecimiento económico mundial, enfrenta una crisis en su sector inmobiliario, con un exceso de oferta y un alto endeudamiento que ha llevado a la quiebra de empresas emblemáticas como Evergrande.

El crecimiento económico chino, que solía mantenerse en un impresionante 10% anual hasta 2010, ha disminuido a alrededor del 5%. Esta desaceleración tiene un impacto directo en la oferta y demanda mundial de productos, afectando a sectores clave como el acero.

Los subsidios estatales en China han distorsionado el mercado y perjudicado a la industria siderúrgica chilena, donde CAP representa aproximadamente el 24% del mercado.

Ante estas distorsiones, países como Estados Unidos, Japón, India, Tailandia, Corea del Sur, Inglaterra, Canadá, México, Brasil, Turquía y la Unión Europea han tomado medidas para proteger sus industrias nacionales.

El Grupo CAP ha solicitado a la comisión anti distorsiones en Chile un arancel mínimo del 25% para las importaciones de barras y bolas de acero chino. Sin embargo, la comisión recomendó un arancel promedio del 15% para cuatro y tres compañías chinas respectivamente, lo que podría no ser suficiente para contrarrestar la competencia desleal.

Las consecuencias de esta crisis podrían ser catastróficas para la economía chilena, incluida la pérdida de empleos, mayor dependencia de las importaciones, afectaciones a la balanza comercial, la cadena de suministro, capacidades tecnológicas e innovación, así como efectos a largo plazo en la reducción del PIB y la recaudación de impuestos.

Es crucial que las autoridades evalúen esta situación con la mayor seriedad, ya que el problema va más allá de la pérdida de una industria y el desempleo. En última instancia, cuando China haya reducido la competencia, podría resultar en costos más altos para productos importados y la pérdida irreparable de nuestra industria nacional. Es una decisión fundamental que nuestras autoridades deben sopesar y resolver con urgencia.