REACTIVACIÓN: LOS BANCOS TAMBIÉN DEBEN HACER SU PARTE

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Gabriel Benavente Font de la Vall, presidente CChC Valparaíso

Los principales problemas que enfrenta hoy la construcción son bajas ventas, caída de nuevos proyectos, financiamiento y pérdida de empleos, lo que empeora el ya difícil acceso a la vivienda por parte de las familias chilenas. Esto es especialmente grave en el caso de la gran clase media, duramente golpeada por la pandemia y posterior crisis.

Este drama que hemos expuesto al país, está lejos de una solución. Es por ello que como CChC hemos propuesto 25 medidas para impulsar la reactivación y el crecimiento de la economía, recuperar el empleo y facilitar el acceso de las personas, tanto a la vivienda como a la infraestructura que necesitan para una buena calidad de vida.

En el ámbito habitacional, con un déficit de 1 millón de viviendas a nivel nacional (100 mil en la región), destacamos medidas para favorecer a más familias de clase media. Como la ampliación de la garantía estatal al pie da los créditos hipotecarios -que ha sido poco eficaz en su aplicación-, elevando el límite a UF 4.500, pero según el monto del crédito, no del valor total de la vivienda.

También ampliar incentivos tributarios transitorios para la compra, incluyendo descuentos de los dividendos de créditos hipotecarios de la base imponible de personas naturales. Además, proponemos implementar un mecanismo de reemplazo del CEEC (IVA a la construcción), como un subsidio directo a la compra de una primera vivienda.

Estas y otras propuestas tienen a la vista nuestro Informe Mach, que proyecta una caída de la inversión en el sector para este año de -4,5%. Sin embargo como gremio estamos convencidos que si adoptamos estas medidas, podremos impulsar la reactivación de la construcción, que bien sabemos ha demostrado ser un sector multiplicador de la actividad, probado ya en varias crisis.

Pero para que esto ocurra, necesitamos un rol más proactivo del sector financiero. Actualmente, la banca presenta condiciones de tasa fija para créditos hipotecarios (80% de financiamiento), que van del 5,85% al 6,30%, lo que los vuelve muy caros. Con estas tasas, definitivamente se está dando un portazo a las aspiraciones de la clase media.

Somos conscientes de que las tasas están vinculadas al riesgo país y que el gobierno tiene un rol fundamental en dar las certezas para que las inversiones privadas se concreten. Pero la banca chilena, reconocida por su solidez, puede asumir un papel más protagónico -y también un rol social-: reducir las tasas es hacer una contribución al acceso a la vivienda para las familias.

Ante esto, en este momento crucial, hacemos un llamado a la banca y al sistema financiero en general, para que flexibilicen sus políticas y reduzcan sus tasas de interés. Esta colaboración no solo facilitará el acceso a la vivienda, especialmente para la clase media, sino que también impulsará nuevos proyectos, reactivando la construcción, generando empleo y dinamizando la economía, con todo el efecto virtuoso que ello tiene para el bienestar de las y los chilenos.