Presidente Área Social CChC Talca: “Una gestión empresarial orientada a las buenas prácticas”

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Quien encabezara por dos años la mesa directiva regional de la CChC, ahora estará ligado a una de las principales áreas del gremio de la construcción. No por nada se destinan alrededor de US$19 millones al año en beneficios sociales para los trabajadores y sus familias, transformándose la CChC en el segundo inversor social después del Estado. Por eso, Ricardo Chamorro asume este desafío con la convicción de que es necesario mantener y profundizar este trabajo en que los socios son claves para que este apoyo llegue a cada vez más personas ligadas al mundo de la construcción.

Ricardo Chamorro Otto estuvo al frente de la mesa directiva de la Cámara Chilena de la Construcción (CChC) en el Maule durante dos años y ahora asumió la tarea de liderar una de las áreas emblemáticas del gremio como es la social.

La CChC está cerrando el año con una inversión de US$19 millones en beneficios sociales para sus socios, los trabajadores y sus familias, consolidándose como el segundo inversor social después del Estado, lo que le genera al gremio enormes desafíos en el resguardo del que se considera el mayor capital del sector: sus colaboradores.

Y en este contexto que el nuevo presidente del Área Social de la CChC en el Maule define ciertas líneas de acción que permitan mantener y profundizar esta labor de lo cual, además, se siente profundamente orgulloso.

¿Cuál es su visión del aporte que ha hecho la CChC en el área social en el país y la región?

“Hace 68 años que la cámara se fundó fundamentalmente en el aspecto social de sus trabajadores, y en realidad eso es lo que nos mueve. Las nuevas generaciones que nos hemos ido incorporando a la cámara, lo hacemos como un aporte social al gremio. Por lo menos en mi caso, me motiva más que el trabajo gremial, la parte social que se traduce hoy en que somos el segundo inversor social después del Estado en programas que van directamente a los trabajadores y sus familias, por lo tanto, eso nos llena de orgullo. Vamos a terminar este año con una inversión de US$19 millones y para 2019 esperamos pasar los US$20 millones, lo que es muy satisfactorio cuando se ven los casos reales. Tengo algunos en la empresa, colaboradores que se han operado con un seguro en que pagan mil pesos por mes y la parte restante la pone la cámara. Eso me llena de orgullo, perteneciendo a un gremio precisamente por ese tipo de cosas que son las que atiende el área social”.

¿De qué manera impacta este aporte en la calidad de vida de los trabajadores y sus familias y si ello se nota más en zonas como el Maule?

“Chile ha mejorado los sueldos reales en 42 o 43% y la construcción lo ha hecho en 53%, o sea, la construcción va por encima del mejoramiento del sueldo real en Chile, y eso habla muy bien de la industria. Y en nuestra región, sí me consta de que a la gente efectivamente recibe los beneficios que entrega la CChC. Nos falta y hay muchas cosas por hacer, pero la gente percibe que hay beneficios importantes. Además, los canales que ha elegido la cámara para transmitir esto me parecen adecuados, por ejemplo, acá en la empresa (Malpo) tenemos un diario que se reparte en todas las empresas constructoras que es para que los trabajadores se puedan informar de los beneficios y los programas sociales a los cuales se pueden postular o cuáles son lo que está impulsando la cámara”.

¿Qué áreas interesa potenciar, profundizar o incluir en el trabajo que realiza la CChC en esta área en la región?

“Creo que en 2019, principalmente se viene una línea fuerte de trabajo en lo que es capacitación tanto en obra como fuera de ella. Hoy a la gente de la construcción, por lo general, hay que nivelarle los estudios y luego de eso hay que promover que sigan estudiando. Todo ese tipo de cosas son las que se van a potenciar, trabajando en el capital humano sin dejar de lado toda la atención de la parte salud y entretención, que son dos áreas fundamentales para la CChC. Y a eso agregaría el tema vivienda, ya que actualmente la cámara tiene programas de acceso a vivienda para sus trabajadores y eso es muy importante relevarlo”.

¿Cómo se fomenta la utilización de los programas sociales entre los asociados?

“Los ingenieros tenemos una máxime que resulta en este caso y que es que todo lo que se mide se puede mejorar. En ese aspecto, la cámara hace un año y medio empezó a medir todo lo que se hace para saber cuál es el impacto real que tienen los programas en los trabajadores. Y así que hay programas que han ido saliendo y creándose otros. Por ejemplo, el programa “Música Maestro” no estaba llegando a la gente de la construcción y se determinó que la valoración que tenía el trabajador de ese programa no era la esperada por la CChC y seguramente esa área se tratará de fomentar de otra manera. Aquí son claves las mediciones y las necesidades que van surgiendo en algunas áreas”.

Es relevante, en ese sentido, la relación que puede haber con los asociados, ¿cómo se califica ese trabajo sobre todo en esta área social?

“Esto es clave. Cuando fui presidente regional y ahora que soy presidente del área social, muchas veces que cuesta llegar a las empresas. Hay empresas en Talca que dan el ejemplo en esta área, como la Constructora Digua, que ocupa fuertemente nuestros programas sociales, pero hay otras que no lo hacen y eso genera cierta angustia porque los asociados deberían de conocer los programas que prácticamente son gratuitos. Por ejemplo, cómo no va a ser bueno un programa donde hay atenciones de parto donde los trabajadores pagan mil pesos mensuales, o de una fractura u otra operación donde los gastos pueden ser demasiado altos para un trabajador de la construcción y que este programa lo cubre. Ese es el llamado que hay que hacer, para que los empresarios de la construcción conozcan cuáles son los programas que tiene el área social para que precisamente los puedan aplicar en sus empresas y se van a dar cuenta que sus colaboradores se lo van a retribuir enormemente, porque el trabajador de la construcción es leal y esa lealtad se afianza cuando se le entregan beneficios sociales”.

¿Existe conciencia que el diseño de los programas ha sido tan exitoso que muchos de ellos podrían replicarse fuera del gremio, siendo otro aporte que hace la CChC?

“Tuve la oportunidad hace poco de conversar con gente de la CMPC en Santiago y en realidad nuestro gremio es considerado fuerte, y afortunadamente esa fuerza hoy la estamos derivando casi única y exclusivamente para la rentabilidad social de nuestros proyectos, y vemos que otros gremios están mirando eso. Es muy destacable que precisamente un gremio que nació para preocuparse de sus trabajadores por 68 años, todavía sigue teniendo esa imagen que no queremos perderla, tenemos que mejorar mucho como toda institución que se dedica a estos temas, pero estamos orgullosos de lo que hacemos y eso es replicable en otros sectores. La invitación es que de una vez por todas en Talca nos unamos los gremios y tengamos al menos proyectos en común, abordados en forma común, que ayuden a mejorar la calidad de vida de nuestra gente. Ahí hay un desafío grande para el resto de la comunidad talquina y de los empresarios para que podamos unirnos, por lo menos dos veces en el año en proyectos puntuales que beneficien a la región”.

Tal como Ud. señalaba, este es un gremio que nació para preocuparse de sus trabajadores y eso no ha cambiado, ¿hay conciencia que el aspecto social es tan relevante para el desarrollo de un trabajador?

“Absolutamente. Si bien el área social se preocupa mucho de la implementación de los programas sociales, nosotros como cámara estamos metidos en otro paraguas que es el de la sostenibilidad. Hoy los proyectos de construcción que emprendemos se ven de forma distinta, porque lo primero que exige la sociedad hoy es la preocupación por la comunidad del entorno a los proyectos, pero también de tener en buenas condiciones a nuestra gente, haciendo bien las cosas, cuidando el medio ambiente, fomentando buenas maneras de trabajar, financieramente y socialmente responsable. Eso es lo que hace que los tiempos hoy uno los vea distintos. Llevo 27 años trabajando en el rubro de la construcción y los proyectos de hace 27 años comparado con los actuales son totalmente distintos, hay que concebirlos de otra manera, considerar la opinión de la comunidad, internamente hay que tener preocupación por nuestros trabajadores mucho más que antes para que se vea que somos sostenibles en el tiempo. Y en eso estamos en este paraguas más grande donde está este paraguas chico de los programas sociales. Ese es un desafío también que tenemos”.

Y esa persona que recibe el beneficio, ¿cuánto sienten ustedes que retribuye eso?

“Hay una correlación absolutamente proporcional. Creo que en la medida que las empresas nos preocupemos de los trabajadores, definitivamente vamos a tenerlos más contentos, yendo a sus obras u oficinas de mejor manera, con mejor calidad de vida porque saben que detrás tienen solución para su vivienda, para salud, distracción, deporte, por lo tanto, un trabajador que tiene una integralidad de beneficios que le entrega el gremio, sin duda que retribuye eso. Además que también se suma otro aspecto en esta mirada de la sostenibilidad, y es que la cámara se preocupa de reinsertar socialmente a personas que han cometido delitos y que han cumplido condena. En realidad, me siento orgulloso porque estamos trabajando en todas las líneas, donde lo principal es la gente que trabaja directamente con nosotros, pero también ayudando a hacer un mejor país”.

¿Hay algún sello característico que usted quiera impregnarle a esta área social?

“Me gustaría que todos los asociados, que tenemos alrededor de 80 socios, conocieran todos los programas sociales y los aplicaran. Se van a dar cuenta que después de aplicar el primero o el segundo programa dentro de su empresa, no los van a dejar más. Esa es la invitación y con eso me daría por satisfecho. Así también, respecto de que todo lo que se mide se puede mejorar, hoy vamos a llegar a diciembre entre 8.500 y 9.000 atenciones individualizadas en la región, y sin duda, que me gustaría tener un 2019 con 10 mil u 11 mil atenciones, que sería un dato duro de medir si la gestión está siendo buena. Si sumo las dos cosas, que las empresas se adhieran aplicando programas sociales y mi indicador mejore, voy a estar muy contento con eso”.