Opinión: Los dolores de la Industria de la Construcción

22 / 09 / 22
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Pese a que la Industria de la Construcción se ha constituido como uno de los principales sectores que han aportado a la reactivación del país en un periodo marcado por la pandemia y un escenario político complejo, la situación de nuestra industria está lejos de ser estable para sus principales actores: las constructoras e inmobiliarias.

El severo aumento de los costos de construcción nos ha golpeado fuerte. Toda la industria está afectada por esta situación, pero en especial las constructoras que suscribieron contratos no reajustables, y en pesos, con el Estado. Ya son 6 las empresas del sector que han quebrado en la región durante el presente año y 82a lo largo de Chile. Como ejemplo, en junio los materiales de construcción aumentaron, en promedio, 27% anual.

En ese sentido, son 8 los proyectos en Arquitectura, Vialidad y Agua Potable Rural que ya han paralizado. De acuerdo a un análisis realizado por nuestro gremio, actualmente son 30 los proyectos emblemáticos con riesgo de paralización por esta situación. Se trata de centros de salud, colegios y mejoramiento de caminos, entre otros, proyectos que impactan directamente en los habitantes de nuestra región porque entregan servicios o solucionan problemáticas a una comunidad entera. Además, de ser fuentes de trabajo importante para las comunas en que se llevan a cabo.

Por otra parte, estamos viviendo una fuerte caída de las ventas de viviendas por menor acceso a crédito hipotecario. Mayores tasas de interés, menores plazos y condiciones más restrictivas para el otorgamiento de estos créditos se traducen en un fuerte aumento del monto de los dividendos mensuales a pagar y del ingreso familiar mínimo exigido. Durante el primer semestre, las ventas acumuladas en el Gran Temuco tuvieron una caída de un 33% frente al mismo período en 2021.

La excesiva “permisología” sigue siendo una piedra de tope para el desarrollo de proyectos de inversión en el sector. De acuerdo al Consejo Nacional de la Productividad (CNP), en promedio, cada proyecto requiere obtener 149 permisos para comenzar a operar. Junto con ello, una creciente pérdida de certeza jurídica para el desarrollo de proyectos, ya que los plazos para su obtención no aseguran el efectivo desarrollo de los proyectos de construcción. Al contrario, el sector se está viendo afectado por una creciente judicialización y paralización de obras.

Si le sumamos a los anteriores factores la caída de la inversión global, cuyas cifras proyectadas por nuestro gremio estiman una baja en la inversión en construcción para el presente año de un 4,6% mientras que, para el próximo, proyectan que caiga en torno a 2%, el panorama no es para nada alentador. Según la Corporación de Bienes de Capital, la inversión privada caería 38% anual en 2023, mientras que la inversión pública registraría una contracción de 33,5% anual.

En vista del contexto anteriormente descrito, es que se hace prioritario, hoy más que nunca, el avanzar tomados de la mano entre el mundo público y privado hacia soluciones concretas y en el corto plazo. Como CChC vamos a seguir abriendo espacios de diálogo con todos los actores involucrados, pero requerimos poder llegar a acuerdos.