La Reforma que Chile necesita

24 / 10 / 15
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Marcelo Pardo, Presidente CChC Valparaíso

La Reforma Laboral que propone el gobierno no sólo es extemporánea, sino que derechamente es mala para el Chile y los chilenos. Eso lo saben los empresarios, los políticos y los propios trabajadores. Se trata, evidentemente, de sacar adelante un compromiso político empeñado en tiempos de campaña, con cúpulas sindicales que están lejos de representar a los trabajadores. Eso es una verdad indiscutible.

El problema es que el proyecto desconoce profundamente de qué se trata esto de hacer empresa; de emprender, crear valor y generar actividad, riqueza, empleo y bienestar.

Las últimas declaraciones de los dirigentes sindicales ratifican nuestras aprensiones. Con argumentos falaces y frases trasnochadas, acusan a los empresarios de querer aprovecharse de los trabajadores, poco menos que manteniéndolos en la pobreza. ¿A quién le conviene –me pregunto- tener un país lleno de pobres? A los empresarios por supuesto que no. Qué más quisiera yo que hubiera cada día mejores empleos con personas ganando más y disponiendo de mayores recursos para comprar los bienes y servicios que den bienestar a sus familias. A nosotros no nos conviene tener trabajadores mal asalariados. A los que viven del clientelismo y de supuesta representación de los intereses de los más desposeídos, por supuesto que sí. Lo vemos a diario.

En el sector construcción, además de los problemas que traerán la titularidad sindical y el fin del reemplazo en huelga, la ampliación de la negociación colectiva a trabajadores contratados por obra o faena será un duro golpe a las micro, pequeñas y medianas empresas. Aquí predominan ampliamente las empresas de menor tamaño, las que dan el 81% de los puestos de trabajos del sector. Y en nuestra región la gran mayoría de dichas empresas tienen menos de 50 trabajadores. Estas Pymes, con la Reforma laboral, perderán competitividad y quedarán fuera del mercado, quedando prácticamente condenadas a desaparecer.

Por eso justo cuando el proyecto entra en fase decisiva en el Senado, creemos responsable insistir en que la reforma propuesta desconoce profundamente la realidad de la construcción, un sector donde no existen conflictos laborales y en que los trabajadores han alcanzado niveles de ingresos que superan por mucho el alza promedio de las rentas en el país (Entre 2004 y 2014 sus remuneraciones aumentaron 55% vs. 33% del promedio nacional). Por lo que la reforma laboral será extremadamente mala para esta industria, que actualmente trabaja muy bien.

Chile hoy está en otra. Y lo urgente ahora es hacerse cargo de los principales desafíos del mercado laboral chileno, como son lograr más y mejores oportunidades de empleo especialmente para grupos que están fuera del mercado, como mujeres, jóvenes y adultos mayores, calificándolos y mejorando su productividad y haciéndonos de paso más competitivos, lo que naturalmente se traducirá en mejores remuneraciones. Y para ello lo primero que hay que asegurar es el derecho al trabajo.

Por todo esto como gremio expresamos que estamos frente un momento histórico: nuestros senadores hoy tienen la responsabilidad de sancionar una reforma mala para Chile. O de corregir un proyecto mal pensado, para que se haga cargo de profundizar el mercado laboral y de ampliar las oportunidades a millones de chilenos que hoy no tienen trabajo.