Kathya Troncoso, beneficiaria Construye Tranquilo: “La operación marcó un hito en mi vida”

05 / 11 / 15
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En lo que ha transcurrido del año, ha habido más 1.900 trabajadores de la construcción, pertenecientes a las empresas socias a la CChC, beneficiados con el programa Construyo Tranquilo en la Región del Maule. Una de ellas es Kathya Troncoso, secretaria de gerencia de la empresa local DIMACEN, quien nos contó su experiencia tras haber sido operada de várices por medio de este plan de salud. Al respecto, comentó el cambio en su vida que había permitido la intervención, pasando de un periodo de mucho dolor y falta de energía a hacer rápidamente una vida completamente normal.

“Sumamente contenta”. Así dice estar Kathya Troncoso, secretaria de gerencia de la empresa local DIMACEN, quien con una gran sonrisa nos explica cómo fue el proceso en el que decidió operarse de várices, a través del Plan Construyo Tranquilo, momento que marcó un antes y un después, muy positivo, en su vida.

En este contexto nos comentó que “me aparecieron las várices después del embarazo de mi hija y tras 15 años empezaron a causarme bastante molestia, lo que me motivó a preguntar cómo funcionaba el plan y ver cuáles serían los pasos a seguir”.

Pero no fue hasta una visita a la empresa del ejecutivo de la Corporación de Salud Laboral, entidad de la CChC que promueve el programa Construye Tranquilo, que Kathya se decidió a hacer las gestiones correspondientes para acceder al beneficio. De manera expedita, le ofrecieron la posibilidad de intervenirse en Rancagua o Santiago- por la cercanía a la región- y optó finalmente por la capital. Al respecto señaló que “coincidió una hora con el doctor Gabriel Seguel de la Clínica Bicentenario. ¡Él es espectacular, nada qué decir! Estoy sumamente contenta. Es un profesional de tomo y lomo, muy comprometido, empático y acogedor, además de ser muy claro en la información. Muy relajado. Me transmitió la tranquilidad que necesitaba porque debo admitir que soy medio cobarde con lo que respecta a las operaciones y todo lo que constituya dolor, para mí eso es muy complicado. Eso sí, todo el tiempo, el doctor, me mantuvo muy contenida. Me dio mucha confianza y esto significó unas tres visitas previas y luego en la tercera visita ya teníamos programada la cirugía”.

La relevancia del apoyo emocional

Durante el proceso, la beneficiaria fue asesorada por una asistente social, quien la acompañó a las visitas al médico y la fue respaldando en los trámites. Al respecto indicó que “fue bastante clara en la información que me dio, lo que fue un apoyo constante”.

En esta línea, para Kathya el respaldo y acompañamiento del personal médico, el día de la intervención, fue muy relevante. La secretaria se refirió al respecto y comentó que “me fui con bastante miedo igual. No pude deshacerme de esa sensación, pero ya llegando al momento de la cirugía me ingresaron y llegó la anestesista, que fue un siete. Se acercó a mí, al menos unos 40 minutos antes de la cirugía, y me pidió que le contara todos los miedos y dudas que tuviera y las despejó completamente. Me dio toda la tranquilidad del mundo para el momento del ingreso. Yo le tenía miedo al dolor. Me dijo “vamos a hacer lo necesario para que usted no sienta nada”. Y así fue: No me dolió nada, sólo molestias del post operatorio. Pero versus lo que yo me imaginé, ¡nada!”.

Los resultados

“La operación marcó un hito en mi vida”, así lo siente la Kathyta, como le dicen con cariño sus compañeros de trabajo en la empresa en la que se desempeña. En este sentido comentó que “los últimos 6 meses fueron muy tremendos, con mucha hinchazón, con mucho prurito y una gran pesadez en las piernas. Eso constituye al final un gasto extra de energía, un desgaste y esa cosa que te produce ansiedad. Lo único que uno quiere es que esto se solucione pronto”.

Al respecto agregó que después del post operatorio “las molestias fueron mínimas. Lo que constituye una operación no más. En todo caso muy poco invasiva. Ahora puedo lucir mis piernas, caminar rápido, estoy casi haciendo vida normal. Estoy esperando que el médico me del alta para ponerme a hacer un poco de ejercicio, porque he investigado bastante y entre las cosas que beneficia el intentar evitar la reaparición de las várices, está el cambio en la dieta, incorporar ejercicio, etc. Haré lo posible para que no aparezcan nuevamente, a pesar de que si tuviera que volver a operarme con el doctor Seguel, ¡lo volvería a hacer!”

“Recomiendo Construye Tranquilo de todas maneras”

La beneficiaria enfatizó que recomienda el programa en un 100%. “Al estar en la clínica uno se entera de que el plan no solamente cubre várices. También cubre otras patologías que no pueden ser tratados con medicamentos a través de un médico general. Primero se debe presentar el certificado de diagnóstico de un médico general, el que se manda a la contraloría y se analiza para una posible intervención”.

Kathya comparte su experiencia e indica “hay que decir las cosas por su nombre. Un beneficio como éste no lo vamos a encontrar en otra parte. Yo estuve sondeando más o menos cuánto me salía mi operación y los costos ascendían al $1.500.000. Con el programa yo sólo pagué 2 UF”.

Información sobre el plan

El programa “Construye Tranquilo” es un plan de salud complementario para otorgar a los trabajadores de la construcción de más bajos ingresos y sus familias, una cobertura de salud especial en caso de hospitalizaciones. El objetivo es evitar que una posible enfermedad u operación se transforme en una catástrofe económica para las finanzas familiares.

Todos los asociados a la CChC puedan entregar este beneficio a sus trabajadores a un valor de $1.000 mensuales por beneficiario. Para más información visite: http://tranquilo.cchc.cl/.