Inacer: Pobre desempeño de economía regional

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Opinión Presidente CCHC Valparaíso

Marcelo Pardo Olguín

 

Es preocupante el pobre desempeño que ha experimentado la economía regional durante los últimos meses, el que fue confirmado esta semana por el INE al dar a conocer que el Índice de Actividad Económica Regional (Inacer) experimentó un crecimiento de sólo 0,9% en el tercer trimestre de este año.

Esta situación se ha venido arrastrando desde el año pasado y la hemos venido alertando a la región y a las autoridades, desde hace varios meses.

Se trata de un resultado malo para una región que tienen tantas necesidades como la nuestra, y que no viene más que a confirmar el estancamiento por el que atravesamos y que ya se está dejando sentir en la sostenida caída de las inversiones a todo nivel en la región y en un mayor desempleo, lo que entendemos se acentuará en los próximos meses.

Los números azules exhibidos por la construcción son estrictamente coyunturales, llegan hasta la medición del INE con un rezago evidente y se explican por el aumento de la actividad registrado hasta el año pasado, producto del adelantamiento de proyectos y de la compra, principalmente de departamentos, por la entrada en vigencia del IVA a la vivienda.

Pero estos datos sólo corroboran lo que hemos sostenido: que la actividad constructora, clave para la economía regional y el empleo, ha estado durante los últimos años sostenida sólo en la construcción habitacional. Pero ese ciclo positivo terminó, las obras ya finalizaron, han caído los permisos de construcción en nuestras comunas y es evidente que faltan grandes proyectos, tanto inmobiliarios como de infraestructura.

Además así lo están ratificando permanentemente tanto los estudios de la CChC como la encuesta de expectativas del Banco Central, que revelan que en la zona central del país no se registran nuevos proyectos importantes lo queda del año y el próximo.

Junto con ello es bueno recordar que en agosto un estudio de la Corporación de Bienes de Capital cifró las expectativas de inversión público-privada al 2020, en sólo US$ 1.097 millones, lo que representa una baja de 7,8% respecto al mismo período de 2015.

Los resultados están a la vista y no queda más que asumir la realidad y generar las condiciones para reactivar la economía regional, incrementando la inversión pública, facilitando las inversiones de los privados y dejando trabajar a los empresarios. No hay otro camino para llevar progreso y bienestar a nuestra región y su gente.