Estudio de Integración Social y Territorial: El 82,6% de los beneficiarios de proyectos DS-19 consideran que son buenos lugares para vivir

22 / 06 / 23
WhatsApp_Image_2023-06-22_at_16.13.01.jpeg WhatsApp_Image_2023-06-22_at_16.13.01.jpeg

Con la presencia del ministro de Vivienda y Urbanismo, Carlos Montes, la vicepresidenta de la Cámara Chilena de la Construcción, Jacqueline Gálvez, y el Centro de Políticas Públicas UC revelaron los resultados del estudio “Evaluación de integración social y territorial en proyectos DS-19”, que levantó las opiniones de familias residentes de 19 proyectos de este tipo para conocer índices de integración social -de las familias y vecinos de una comunidad en términos de participación, percepción de convivencia, cohesión y estigma y funcional - localización y acceso a equipamiento e infraestructura pública, conexión a sus barrios y la red de servicios que ofrece la ciudad.

El estudio demostró que los residentes cuentan con altos niveles de satisfacción con las viviendas que habitan, sus proyectos y la localización de los mismos y una percepción altamente positiva de que “el proyecto es un buen lugar para vivir”, dado que el 86,2% de los encuestados está de acuerdo o muy de acuerdo con dicha afirmación. En tanto, sólo el 5% de los encuestados declaró no estar satisfecho.

Respecto al objetivo de esta investigación, el ministro de Vivienda Carlos Montes aseguró que “Es importante oír este estudio para saber la cualidad que ha tenido el DS19, el aporte que ha sido este programa y a su vez la potencialidad futura. Hoy estamos con un modelo que al menos lo que veo es que, mejora la calidad de las ciudades, mejora la calidad de las viviendas, pero se requiere pasar a otra etapa a partir de la experiencia acumulada y por eso, que es muy importante conocer este proyecto para sacar enseñanzas”.

En tanto, la vicepresidenta de la CChC Jacqueline Gálvez destacó que “Construir ciudades es un desafío permanente. No solo por el déficit de vivienda, sino también por la realidad de miles de personas que quieren tener un sentido de pertenencia al lugar en el que residen.

Este estudio, revela parte de lo que piensan y sienten quienes viven en proyectos de integración social, conocidos como los DS 19. Se trata de conjuntos habitacionales que, como su nombre lo señala, reciben a quienes pueden comprar una vivienda y a quienes necesitan del aporte del Estado para obtenerla, integrando social y territorialmente a estas familias con diferentes realidades socioeconómicas”.

Respecto a la integración social dentro del proyecto, el análisis muestra que la convivencia es buena y los problemas al interior de ellos no difieren de cualquier comunidad en densidad: el 89% de los encuestados reveló no tener problemas con sus vecinos.

Así, las principales fuentes de conflicto se asocian a basura, vehículos (velocidad y estacionamientos), ruidos molestos y a tenencia de mascotas. Se evidencia que se desarrollan relaciones de confianza a pequeña escala, principalmente entre vecinos uno a uno, pero no entre la comunidad. Además, los proyectos que acogen a personas de diversos lugares de origen (distintas comunas) facilitan la integración entre sus vecinos, sin embargo, esto provoca un sentido de desarraigo (por ejemplo, en el uso de servicios
municipales, redes de apoyo, entre otros). En cuanto a la participación en actividades sociales, es baja en aquellas organizadas por los vecinos del proyecto, aunque las que congregan niños son las que mayor interés concentran. Por otra parte, no se identifican signos de estigma y la mayor parte de los encuestados considera que su vivienda es igual a la de su vecino, no le molesta decir dónde vive y las personas externas evalúan positivamente el proyecto.

Sobre la integración social al barrio, los resultados de las encuestas muestran que no existen conflictos por características socioeconómicas o culturales en los proyectos DS-19. El 60% de los vecinos informa que los residentes hacen un buen uso de los espacios públicos y se preocupan por su cuidado y limpieza.

Aunque hay una buena relación con los vecinos del barrio, el estudio evidencia que no se generan vínculos de cohesión y confianza, especialmente en proyectos de edificios. Por otro lado, el único problema identificado es el aumento de automóviles estacionados en las calles, lo que sugiere la necesidad de considerar el diseño de estacionamientos en los proyectos. Los datos confirman que, en proyectos de casas, las familias que se sienten cercanas o muy cercanas a sus vecinos superan el 50%, mientras que en aquellos territorios donde han llegado edificios, los porcentajes de mayor indiferencia tienden a aumentar

Integración funcional

De los 19 proyectos analizados en la muestra, 18 de ellos cumplen con los criterios de accesibilidad y ubicación exigidos, que mide acceso y cercanía a educación, salud, transporte público, comercio, servicios, deporte, cultura y áreas verdes. Sin embargo, se observan diferencias entre zonas emergentes y zonas consolidadas.

En este sentido, se identificaron proyectos emplazados en zonas consolidadas que se encuentran cercanos a centros cívicos con una amplia oferta de infraestructura, incluyendo áreas verdes de gran tamaño e infraestructura cultural. En la otra vereda, se encuentran proyectos localizados en zonas emergentes o periurbanas, que, si bien cumplen con los criterios del decreto, presentan mayores desafíos de accesibilidad, sobre todo en cuanto a la conectividad.

Estos resultados fueron respaldados por el análisis cualitativo, que dio cuenta que los habitantes de proyectos de zonas emergentes deciden no utilizar los servicios de salud o educación más cercanos a sus residencias, así también entre quienes se trasladaron a un proyecto en otra comuna en la que habitaban anteriormente. Esto tiene consecuencias directas en la conectividad y en los tiempos de transporte de las personas.

Además, los proyectos DS-19 están integrados funcionalmente a escala de proyecto, pero no en todos los casos a escala urbana. Se observa la necesidad de una mayor planificación y coordinación con los municipios y gobiernos regionales con el objetivo de asegurar que el tramado urbano sea un continuo, y que por ende los bordes de los proyectos queden tan bien consolidados como el resto de la ciudad.

Mariana Fulgueiras, investigadora del Centro de Políticas Públicas UC, destacó que “el estudio nos permite constatar que el DS-19 es un instrumento muy valorado por las personas, sin embargo, hay muchos espacios de mejora asociados a la ejecución del Plan de Integración. A futuro, tenemos que pensar en un Plan de Integración más flexible y vinculado con los instrumentos territoriales que tienen a disposición los municipios para asegurar transformar proyectos en comunidad”.

Recomendaciones

  • Incentivar la colaboración entre ED y la municipalidad en la selección de familias, realizar un diagnóstico de asociatividad, fomentar la planificación urbana y obras y mejorar el acceso a servicios municipales.
  • Diseñar una estrategia de comunicación e información a lo largo de todos los puntos de contacto entre familias y ED (diseño proyecto, modificaciones, hitos de construcción, estado de venta proyecto, postventa, etc).
  • Diseñar un modelo de monitoreo y evaluación de integración social y territorial de DS-19 para el seguimiento de los proyectos y sus indicadores.

Ficha técnica

  • 1.170 encuestas presenciales a residentes de los 19 proyectos seleccionados.
  • 956 encuestas presenciales a vecinos de los 19 proyectos seleccionados.
  • Estudio etnográfico: 30 entrevistas y 7 observaciones a 7 proyectos y su entorno.