CChC Temuco manifiesta su preocupación ante hechos de violencia registrados en La Araucanía

15 / 05 / 20
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Ante los hechos de violencia acontecidos desde marzo a la fecha en la región de La Araucanía, con ataques incendiarios a camiones transportistas, maquinaria forestal y a la propiedad privada; la Cámara Chilena de la Construcción de Temuco, por medio de una declaración pública del Presidente Regional, Fernando Daettwyler, expresa lo siguiente:

“Cuando el país entero se ve remecido por dos severas crisis, como la crisis sanitaria y la económica, los habitantes de la Región de La Araucanía y sus alrededores debemos soportar a diario otra crisis que, siendo igualmente dañina, suele pasar desapercibida para las autoridades, el mundo político y los líderes de opinión, sobre todo a nivel central: la crisis del Estado de Derecho, que comenzó a incubarse hace más de una década bajo el pretexto del llamado “conflicto mapuche” y que en la práctica se expresa en niveles de violencia simplemente intolerables.

Como la crisis sanitaria, esta otra crisis se expandió implacable, sin respetar las leyes ni las normas que sostienen nuestra convivencia social y los derechos fundamentales de los ciudadanos. Avanzó además con impunidad, sin sanciones ni castigos. Y como la crisis sanitaria, se ha llevado vidas por delante y amenaza a diario la vida de otras personas, golpeando también con extrema dureza nuestra economía, lo que nos mantiene como una de las regiones con mayor tasa de pobreza del país.

Pero, aun así, todo indica que la incertidumbre, el temor y la desesperanza que provoca solo nos preocupa a nosotros. Lo cierto es que nos sentimos abandonados a nuestra propia suerte, mientras vemos con estupor cómo la violencia se normaliza, se hace costumbre y crece sin control.

De hecho, en esta parte del territorio nacional, en que convivimos día a día con ataques brutales y cobardes, crecientes en número e intensidad, la violencia tiene desde hace tiempo el carácter de pandemia. Y, sin embargo –pese al empeño de distintas personas que la denuncian y promueven la búsqueda de soluciones y la anhelada paz–, no vemos voluntad política para encararla de una buena vez y erradicarla por el bien del conjunto de la sociedad.

Por todo ello es que hacemos un público llamado a los habitantes de nuestra región y del país, y en especial a las autoridades de gobierno y a los parlamentarios, a que nos unamos para afrontar esta crisis y que los organismos competentes le hagan seguimiento en forma permanente, contabilicen las víctimas y, sobre todo, tomen las medidas que sean necesarias para ponerle término. Convicción, capacidades y acciones concretas es lo que se necesita y esperamos con urgencia de un Estado que, creemos, aspira a cumplir a cabalidad sus deberes más elementales”.