CChC Chillán comienza ciclo de reuniones para analizar la Reforma Laboral

Siguiendo con su nutrido calendario de actividades y como parte de las gestiones, que tienen como propósito dar a conocer la visión del gremio en torno al proyecto de Reforma Laboral, la CChC Chillán dio inicio a un ciclo de reuniones con parlamentarios de la zona.

Es así como se concretó una primera reunión con el diputado Carlos Abel Jarpa, contando además con la participación de Idelfonso Galaz, Inspector Provincial de la Dirección del Trabajo. “Ha sido una muy buena oportunidad de reunirnos para intercambiar opiniones y visiones sobre este proyecto. La idea es ir aunando criterios, pues lo fundamental es que esta reforma sea un justo equilibrio para las empresas y los trabajadores”, resaltó Ariel Larenas, presidente de la CChC Chillán, quien junto al primer vicepresidente, Ricardo Salman, detalló la visión del gremio, destacando la importancia de evaluar las características propias  del sector construcción a la hora de considerar medidas como la ampliación de la negociación colectiva a trabajadores por obra o faena.

De hecho, la Cámara ha precisado que la construcción es una actividad básicamente transitoria, donde los proyectos, en promedio, no duran más de 12 meses y el tipo de contrato más común es por obra o faena, negociando los trabajadores de forma individual sus condiciones laborales, obteniendo positivos resultados (en el periodo 2004-2014 las remuneraciones del sector aumentaron un 55% versus el 33% del promedio nacional). A ello se suma que la mayoría de los proyectos se adjudican bajo la modalidad de “suma alzada”, que exige a las constructoras estimar un presupuesto de forma anticipada con un estricto control de costos. Por ello, con estas medidas propuestas se verían, especialmente, afectadas las microempresas y pymes del sector, que entregan el 81% del trabajo en la construcción.

A su vez, dentro de las propuestas el gremio considera que se debe abordar el desafío de profundizar el mercado laboral, ya que hay 750.000 jóvenes que hoy no estudian ni trabajan, especialmente de los sectores más vulnerables, y se necesitan incorporar 1,7 millones de mujeres al mundo del trabajo, al año 2030, para llegar al promedio de los países OCDE.