Reforma Laboral

31 / 12 / 14

Entre 1991 y 2010 la sindicalización en Chile bajó de un 15 a un 11 por ciento, lo que nos alejó aún más de los índices que poseen los países de la OCDE donde el promedio sobrepasa el 70%. Sin embargo, el análisis debe ser más cuidadoso, pues hablamos -por ejemplo- de naciones como Noruega y Suecia que nos llevan varias décadas de ventaja en materias económicas y sociales. Hoy, el debate se ha vuelto a abrir luego que el Gobierno presentara los alcances de la Reforma Laboral que la próxima semana se comienza a discutir en el Congreso.

En resumen son diez puntos que se remiten a puntos claves que benefician a los trabajadores sindicalizados, excluyendo a la gran mayoría de los chilenos que no se sienten identificados con este tipo de organizaciones. Entonces: ¿Estamos haciendo una ley para la gran mayoría de la fuerza laboral o sólo para unos pocos?

Acá es necesario considerar que no se menciona cómo mejorar las condiciones de las mujeres trabajadoras a través de un alza en sus remuneraciones, igualdad de oportunidades o aumento de espacios de capacitación. Tampoco para quienes se encuentran desempleados y cuyo incremento se ha notado en estos últimos meses. Como gremio estamos preocupados, pues uno de nuestros eslabones estratégicos es el capital humano.

Otra arista que se abre con este proyecto de ley habla de las pequeñas y medias empresas (pymes). A nivel regional, un cuarto de los socios de la Cámara Chilena de la Construcción (CChC) entra en esa clasificación, por lo que desde ya estamos atentos a las consecuencias. Sin ir más lejos, son varios quienes se han acercado a hablar por cómo este “empoderamiento” sindical puede atentar contra las operaciones.

Acá no es que se pretenda debilitar la sana y justa unión laboral de nuestros trabajadores, pero no podemos desconocer que muchas veces de la confianza al abuso hay sólo un paso. Por ejemplo, en caso de no llegar a acuerdo en las negociaciones colectivas, se forzaría la paralización de actividades provocando un incumplimiento en las labores encomendadas por las empresas mandantes, lo que implica cobro de boletas de garantía, reducción de contratos o simplemente pérdida de clientes. De allí nuestra preocupación.

Como gremio seguiremos estudiando los impactos de la Reforma Laboral, esperando que en su discusión parlamentaria no se cometan los errores de la Reforma Tributaria que fue sancionada de manera expresa y casi sin consulta. Sólo de esa manera no nos arriesgaremos a seguir perdiendo competitividad ni desarrollo para nuestra región y para Chile.