Coquimbo limita la expansión urbana y La Serena no prioriza eje comercial estratégico de calle Huanhualí

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Nadie duda de los avances que ha tenido la conurbación La Serena - Coquimbo en los últimos años y tampoco de las oportunidades que se le presentan al convertirse en un área metropolitana en la próxima década. Sin embargo, aún existen dudas acerca del ordenamiento territorial y la “calidad” de los instrumentos que regulan la planificación urbana. Esto, pues los planos reguladores comunales vigentes de ambas ciudades se encuentran absolutamente obsoletos.

En el caso de la capital regional, el instrumento data de 2004, aunque el caso más dramático lo vive la ciudad puerto, pues hace tres décadas que convive con la misma regulación (desde 1984). Si bien hace tres años comenzaron los procesos de actualización, desde el sector privado se han generado algunas dudas acerca de la real pertinencia y mirada futuro que contienen dichos documentos.

COQUIMBO
Es el proceso que va más adelantado y donde ya se terminó la primera fase de la elaboración de proyecto y se inició la etapa siguiente de participación ciudadana donde se consulta acerca de temas ambientales y se analiza la norma urbanística. Se espera que en el primer trimestre de 2015 se inicien los trámites de aprobación ante las entidades correspondientes.

Eso sí, ya se ha definido el sello en cuanto al desarrollo inmobiliario. “Queremos un desarrollo armónico para que Coquimbo sea habitable y sustentable. De allí que hemos apostado porque la renovación urbana se haga hacia adentro, específicamente en los sectores céntricos e históricos, para tener una ciudad más administrable y con mayor calidad de vida”, manifestó el secplan Luis Henríquez.

En todo caso, esas aseveraciones generan dudas entre los privados, pues acotarían las superficies de crecimiento. “No podemos limitar las zonas. Si bien entendemos que un área urbana más reducida permite una mejor administración, no podemos restringir el espacio urbano, pues recordemos que tenemos una demanda residencial muy fuerte. Creemos que se debe ampliar ese espacio a través de la urbanización, lo que conlleva servicios básicos y un incentivo al poblamiento”, expresó el presidente de CChC La Serena, Freddy Bermúdez. El dirigente agregó que “invertir en zonas céntricas e históricas conlleva mayores costos asociados a los proyectos y mayores restricciones en la intervención”.

LA SERENA
En la capital regional también hay interrogantes sobre el avance del instrumento de planificación, toda vez que no establece prioridades para algunos sectores estratégicos y con orientación productiva. Es el caso de calle Huanhualí. “Nos llama la atención que esta arteria, hoy un eje comercial por excelencia, no sea reconocida como tal en el plano regulador. Nos referimos al entorno norte de ella en que se plantea un área de edificación en altura que, al margen de lo normado en la Zona Típica, origina una franja con tipologías y normas absolutamente diferentes que cuida el trazado original de la ciudad. Debiera pensarse en una zona de transición para potenciar la vocación comercial”, indicó Freddy Bermúdez.

Asimismo, hicieron ver que el entorno del Parque Pedro de Valdivia no considera actividades con fines comerciales como pequeñas cafeterías o kioscos que son “iniciativas complementarias en la proporción adecuada”, puntualizó el representante gremial. Lo mismo ocurre con el sector de Talleres de la Ruta 5 con Avenida Francisco de Aguirre donde las ferreterías y los materiales de construcción “se encuentran prohibidos, siendo un complemento natural a esa actividad”, remató Bermúdez.

Tras reuniones del gremio constructor con el alcalde de La Serena, Roberto Jacob, la autoridad comunal se comprometió a estudiar las propuestas. “Estamos abocados a que se apruebe un plano regulador con las medidas coherentes, pues hay que crecer con armonía y de la mejor forma posible para que la ciudad sea de la gente y que gane la gente”, explico el jefe comunal.

Los costos asociados a la actualización de estos planos reguladores comunales superan los $300 millones, donde por el de Coquimbo se desembolsaron $160 millones, mientras que por el de La Serena $150 millones.