Imagen Urbana de Arica

29 / 01 / 14

Hace más de medio siglo, el principal punto de arribo de visitantes a nuestra ciudad era el puerto. Al llegar, junto a la imponente imagen del Morro, se encontraban con una hermosa explanada llena de palmeras, edificios majestuosos y modernos, una catedral impecable y el centro con casas con fachadas bien mantenidas.

Hoy, los turistas que llegan en los cruceros, se encuentran con palmeras trasquiladas, veredas rotas, edificios e inmuebles en deplorable estado como el que era de la Junta de Adelanto en calle 7 de Junio; plazas, vegetación, monumentos y mobiliario urbano azotados por una plaga de patos yecos que parecen invencibles.

Quienes llegan por avión, al aproximarse por el norte, se encuentran con microvertederos y palmeras secas. Y por la entrada sur, peor aún, ya que está convertida en un basural y la existencia de tomas ilegales que dan una imagen vergonzosa que espanta al turista más pintado.

Nuestras playas están con juegos infantiles rotos, sobrepasados los paseos por la arena y baños (cuando están funcionando) en condiciones indignas. Y mejor ni pensar que algún osado quiera ir al sector industrial, el cual está convertido en letrina en algunos sectores donde se estacionan camiones que vienen de Bolivia.

Esta mala imagen urbana, con una ciudad sucia, oscura y mal tenida es la que damos a nuestros visitantes, una clara contradicción con esa vocación turística que decimos tener y que las autoridades plantean como un eje de nuestro desarrollo.

Claramente, tenemos potenciales paisajísticos, climáticos y humanos como para cambiar este panorama.

Por eso, como Cámara consideramos que es indispensable que las autoridades y privados tomemos acciones concretas para revertir esta situación. Desde la generación de normativas, como ordenanzas municipales, hasta redireccionar la inversión pública y privada, son el camino para mejorar nuestra imagen urbana, tanto para los turistas como para quienes habitamos esta tierra.

Valentín Cubillos Diez

Presidente

CChC Arica

Desde la generación de normativas, hasta redireccionar la inversión pública y privada, son el camino para mejorar nuestra imagen urbana.