Elefantes blancos

07 / 11 / 13

Calama es una de las ciudades que más aporta al desarrollo del país, qué duda cabe.

Desde sus entrañas se extrae el metal que permite la generación de divisas para que los Gobiernos de turno puedan realizar sin contratiempos sus proyectos sociales y dar cumplimientos a las obras comprometidas en las campañas electorales. Y así ha sido históricamente, y seguramente lo seguirá siendo por varios años más, independiente del color político que esté de turno.

El problema radica en que no sólo muchos de esos necesarios recursos no se quedan en la zona que los produce sino muchas de esas obras comprometidas quedan en sólo promesas o simplemente a medias, que es peor. Al respecto hay varios ejemplos como la entrada sur a Calama, el Centro de Acogida para las Mujeres Maltratadas, la ampliación de la Escuela de D-48 Presidente Balmaceda o el nuevo Hospital. Por lo mismo, tristemente se han ganado el mote popular de “Elefante Blanco”, en una ciudad en donde nada sobra y sí falta mucho para su crecimiento y mejor calidad de vida para sus habitantes.

La raíz del problema estaría en la poca rigurosidad en los procesos de licitación y asignación de obras a empresas que finalmente no cumplen con lo adjudicado en calidad y tiempo, generando de paso un problema social que queda, generalmente, sin solución y en tierra de nadie.  

Además que muchos proyectos no son bien concebidos desde el principio técnicamente, se agregan otras variables que afectan también su terminación  como son las ineficiencias de algunas empresas, la limitada ingeniería de detalles por parte de los mandantes, y principalmente el pobre seguimiento y control de cambios por parte de las mismas autoridades.

Es aquí donde como gremio que agrupa a los empresarios de la construcción hacemos un serio y ferviente llamado a las autoridades de turno, y también a los que vendrán, a asumir la responsabilidad que le corresponde y fiscalizar con lupa antes, durante y después de cada nuevo proceso de construcción, pues de la misma forma en que generosamente esta tierra le entrega sus recursos al país para que siga creciendo, igualmente reclama lo que le corresponde con justicia y propiedad, y no “Elefantes Blancos” que a nadie sirve ni tampoco aporta a construir una mejor ciudad.

Luis Farías Muñoz
Presidente
CChC Calama

Existe poca rigurosidad en los procesos de licitación y asignación de obras a empresas que finalmente no cumplen con lo adjudicado.