¡REACCIONEMOS: NO MÁS ACCIDENTES FATALES!

Con insistencia hemos planteado en los últimos años que los índices de accidentabilidad de la construcción han mejorado progresivamente. Sin embargo, cada cierto tiempo volvemos a enfrentarnos a una dura y cruel realidad.

Ayer, dos trabajadores perdieron la vida mientras realizaba sus labores en una obra. Dos familias que de un momento a otro vieron truncados para siempre sus proyectos y sus sueños. Dos accidentes fatales que se suman a la lista de estas tragedias que siguen ocurriendo en nuestro sector. Y dos nuevas razones para que cada vez menos personas quieran trabajar con nosotros.

Con firmeza, aunque con la pena apretándole la garganta, la madre de uno de los jóvenes fallecidos lo expresó con toda claridad: “Yo siempre le decía que estudiara. Nunca quise que uno de mis hijos trabajara en esto, en la construcción, pero él insistió y mire… ahora está muerto”.

¿Qué esperamos para reaccionar?

No podemos quedarnos de brazos cruzados. Ni siquiera si creyéramos que hemos hecho todo lo posible para proteger a nuestros trabajadores. Porque la prevención y el control de riesgos es un desafío que no se supera jamás. Es un deber inagotable, permanente. Que debemos asumir en cada actividad que desarrollamos, en cada obra, en cada faena y durante cada minuto en que seamos responsables de nuestras vidas y de las de otros.

Porque, a fin de cuentas, somos nosotros, los dueños y ejecutivos de empresas constructoras, los llamados a liderar los cambios que permitan desterrar para siempre los accidentes fatales.

Podrá existir asesoría experta, campañas de seguridad, estrategias de concientización y hasta leyes mucho más rigurosas, pero nada será suficiente si cada uno de nosotros no asume el liderazgo que le corresponde. No pensemos que el problema es de otros. No esperemos ni un segundo más. Hagamos de la seguridad de los trabajadores nuestra vocación cotidiana y nuestro mayor motivo de orgullo. 

Daniel Hurtado Parot
Presidente
Cámara Chilena de la Construcción