Ciudad e institucionalidad

20 / 06 / 13

¿Por qué un empresario de la minería o inversionista inmobiliario renuncia a la posibilidad de invertir en El Loa?. Es curioso porque la región de Antofagasta y, en particular Calama, concentra la industria minera y además registra la mayor tasa de inversión. En consecuencia, el ingreso promedio por familia es de $ 1.150.000, el más alto de Chile. ¿Cuál es la explicación entonces para este fenómeno tan contradictorio?

Existen dos interpretaciones que han sido reflejadas en sendos estudios que generan una sombra de duda a la hora de invertir en Calama: la calidad de vida y la claridad de los planos reguladores.

La Cámara Chilena de la Construcción, como institución de nivel nacional, está comprometida con la construcción de ciudades con una mejor calidad de vida, como también en promover y fortalecer una institucionalidad nacional y local, que permita invertir o emprender en forma igualitaria para que todos los actores que participan en la gestión empresarial tengan las mismas oportunidades.

Un instrumento que apunta a la igualdad de condiciones en el emprendimiento urbano, es contar con un plan regulador comunal que fomente un desarrollo urbano armónico y equitativo para todos. Un buen diseño por parte de profesionales especialistas de este  instrumento legal es clave para asegurar la igualdad de las partes. Con este modelo ganan los inversionistas inmobiliarios porque tienen una plataforma de trabajo seria con reglas conocidas y aceptadas por todos, lo que asegura el retorno de su inversión. Pero también ganan los ciudadanos porque ello aumenta la cantidad y la calidad de la oferta. Lo anterior requiere que la acción de las instituciones se fortalezca para fomentar y controlar el beneficio social de las inversiones, generando condiciones justas y adecuadas para emprender.

Un ejemplo que grafica el problema de contar con un plan regulador obsoleto, es lo que hoy podemos observar en Calama producto del auge minero: es común encontrar casa ampliadas irregularmente ocupando el 100% de su terreno, levantando habitaciones en segundo piso, reventando el terreno restante; todo ello sin ninguna medida de seguridad ni menos de respeto por los vecinos, que tienen que aceptar todas las externalidades negativas de este negocio particular. La pregunta que surge es quién controla y vela por la seguridad de esas construcciones ante los sismos o los incendios y, por cierto, por las victimas que surjan de este emprendimiento ilegal. Por otra parte, el ejemplo anterior deja de manifiesto la existencia de un doble estándar, ya que a las obras nuevas se le exige el cumplimiento de todas las normas y a los vecinos no se les controla nada.

También tenemos un oasis que todos dicen cuidar pero que, sin embargo, está convertido en un lugar de acopio de materiales de la minería y densificado por casas de los especuladores inmobiliarios criollos. Con esto antecedentes surge el desánimo de invertir en una ciudad.

Aquí volvemos a la necesidad de fortalecer la institucionalidad regional y local, procurando que sus departamentos municipales tengan los profesionales adecuados en cantidad y calidad. Por otra parte, nada puede hacer el municipio si no cuenta con un cuerpo legal bien diseñado para lograr una ciudad que promueva la inversión y la calidad de vida para el beneficio de la comunidad.

Calidad de la inversión y calidad de vida son dos temas centrales que Calama debe cuidar y fomentar para ser una ciudad con una identidad más amplia que solo un lugar para ganar dinero.

Estamos empeñados en demostrar a la industria minera que es rentable tener una ciudad con calidad de vida, porque ello se refleja en mejores términos de negociación de las remuneraciones disminuyendo el sobre costo que hoy se le agrega  por no tener calidad de vida ni infraestructura urbana que la soporte.

Preocupada de este tema, nuestra delegación invita a todos los empresarios y a las instituciones que participan en la creación de valores en la ciudad, a promover proyectos concretos, mediante herramientas como la RSE u otras iniciativas que estén en esa dirección.

Es el deber moral de todos participar activamente en el desarrollo sustentable de nuestra querida Calama.

 Carlos Villablanca Hans
Presidente CChC Calama.

Calidad de la inversión y calidad de vida son dos temas centrales que Calama debe cuidar y fomentar.