El Desborde que no Fue

27 / 12 / 12
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“Vivir en el borde del río Las Minas es un verdadero drama”. Con esta reflexión de un destacado arquitecto de Punta Arenas, queremos iniciar esta columna para expresar nuestra profunda preocupación por la falta de planificación y resolutividad regional en materia del manejo integral de la Cuenca del Río Las Minas.

La única razón por la cual Punta Arenas se salvó de padecer un segundo desborde, a nueve meses de la catástrofe que mantuvo a buena parte del centro de la ciudad bajo el agua y el barro, es que las precipitaciones acumuladas no alcanzaron los niveles necesarios para que el río se saliera de su cauce.

Estamos seguros que existe plena conciencia a nivel de autoridades y especialistas en la necesidad de abordar obras de infraestructura tanto en la cuenca como en el cauce del río Las Minas y, afortunadamente, hoy el Estado cuenta con importantes recursos financieros que le permiten abordar estas y otras obras sin mayores problemas.

Parece quedar en evidencia que con esta segunda crisis provocada por la naturaleza, es que no existe capacidad de gestión política para implementar la ejecución de proyectos técnicamente planificados y consistentes en el tiempo. Estimamos que en este asunto se requiere conformar un equipo multidisciplinario, con dedicación exclusiva que en breve plazo presente un plan de obras de infraestructura que se ejecuten en la cuenca y en el cauce del río Las Minas, para posteriormente asignar los recursos sectoriales y regionales, realizar los proyectos de ingeniería, llamar a licitación, ejecutar la obras y de una vez por todas, vivir tranquilos, especialmente aquellos ciudadanos que lo hacen en las inmediaciones del río.

Finalmente, a modo de registro, queremos valorar y recordar la carta que el past president de nuestro gremio envió a El Mercurio, el 21 de marzo de 2012, a pocos días del gran aluvión, en la que se hace hincapié que nuestras autoridades sabían al menos desde la década del 90 que era necesario modificar el diseño de los cuatro puentes que cruzan el río Las Minas cuya altura no es suficiente para dejar paso libre al agua, escombros, basura, troncos y desechos que bajan por el río cuando arrecia la lluvia. Es de esperar que este emergencia, que este desborde que no fue, sirva como última señal a quienes deben tomar las decisiones en materia de infraestructura pública. No se puede seguir improvisando cuando se trata de las vidas y bienes de las familias magallánicas.

Cristián Prieto
Presidente Delegación Punta Arenas
Cámara Chilena de la Construcción

Queremos expresar nuestra preocupación por la falta de planificación y resolutividad en el manejo de la Cuenca del Río Las Minas.