Rescon Antofagasta: solución a un problema histórico

03 / 04 / 24
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Por Jorge Maturana, presidente CChC Antofagasta

Hace algunos días se inauguró Rescon Antofagasta, el primer lugar autorizado para recibir los residuos de la construcción y demolición (rcd) de Antofagasta, sí, el primero para una capital regional y una de las ciudades más grandes de la zona norte de nuestro país, porque resulta curioso que antes no hayamos tenido algo así considerando el constante crecimiento y desarrollo de la ciudad de los últimos 30 años impulsado principalmente por la minería y la construcción.

Muchas veces se asocia la construcción a progreso. Cuando se construyen calles, plazas, parques, o una playa artificial, está presente la construcción. Por eso hablamos de construir calidad de vida urbana porque hacia eso apuntamos, a mejorar la calidad de vida con más y mejores barrios, mejor ciudad.

La importancia de nuestro sector se evidencia en ser el sexto empleador a nivel nacional con 728 mil ocupados y concentrando el 63% de la inversión en el país. Las medianas y grandes empresas de la construcción trabajan colaborativamente con el sector público construyendo y materializando las obras de infraestructura pública como hospitales, escuelas, carreteras, y de vivienda como las que se desarrollan hoy enmarcadas en el Plan de Emergencia Habitacional impulsado por el Gobierno.

Toda esa construcción produce residuos inertes, desechos conformados principalmente por tierra, roca, arena, fierro, madera, lo que se conoce comúnmente como escombros y que durante décadas fueron depositados con permiso en el ex vertedero La Chimba, pero desde su cierre a finales de 2019 dejó a la ciudad sin un lugar habilitado para hacerlo ya que el relleno sanitario Chaqueta Blanca solo recibe desechos domiciliarios. Ante ese escenario las empresas socias de la Cámara, que son las que desarrollan los proyectos de infraestructura y vivienda, públicos y privados, debieron buscar un lugar autorizado para depositar estos residuos sólidos e inertes. Así surgió Mejillones como el único lugar más cercano que cuenta con un lugar para ello, con el evidente aumento de costo por la distancia de trasladar los escombros.

Como antecedente los indicadores chilenos de generación de rcd están por sobre los promedios de países con mayor productividad, tema más preocupante aún si se considera que el 90% de las empresas de la construcción son micro o pequeña empresa y que el año 2023 la generación de RCD de proyectos de vivienda superó los 7 millones de toneladas anuales, equivalente a un volumen similar a 15,5 estadios nacionales.

En la región de Antofagasta se trata de una fuente de continua preocupación tanto del sector público como privado, siendo los RCD una parte de un problema mayor. En los últimos 18 meses se estima que solo en nuestra comuna se han producido un total de 55.137 m3 de rcd.

En respuesta a este desafío la industria de la construcción en Antofagasta y la Agencia de Sustentabilidad y Cambio Climático, lideran el camino hacia una solución proactiva mediante la firma de un Acuerdo de Producción Limpia (APL) que firmamos en agosto pasado, para implementar un Estándar de Sustentabilidad para el sector de la construcción, cuyo objetivo es incorporar la economía circular en los procesos productivos y hacer un uso eficiente del agua, apuntando siempre al desarrollo sostenible de nuestra industria. Pero el trabajo no termina ahí. Nuestra ciudad atraviesa una crisis de la basura con la aparición de microbasurales en distintos puntos. Muchos de los trabajos de ampliación, remodelación y edificación domiciliaria termina en esos lugares no autorizados ni preparados para ello. Es ahí donde jugará un rol fundamental el de las autoridades de nuestra región, que deberán trabajar coordinada y colaborativamente en fiscalizar que esos desechos sean depositados donde corresponde, aquí.

Veo con esperanza la apertura de Rescon Antofagasta porque gracias a su fundadora Laura Pastenes y su perseverancia se está dando solución a un problema histórico de Antofagasta. A partir de este momento Antofagasta finalmente cuenta con un lugar autorizado para depositar los residuos de la construcción, y espero con ansias que dentro de un tiempo más también se incorpore el tratamiento y recuperación de esos desechos para volver a ser reinsertados en la cadena de valor de la industria, generando no solo ahorro y nuevos emprendimientos en torno a ellos, sino también será un aporte al reducir la necesidad de extraer nuevos recursos naturales ayudando a conservar los recursos limitados de la región, disminuyendo el impacto ambiental asociado con la extracción y producción de nuevos materiales.