JORNADA LABORAL DE 40 HORAS: ¿APORTAMOS TODOS? O SOLO ALGUNOS

16 / 08 / 22 Por: Juan Pablo Gramsch, Presidente CChC Rancagua
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Cuando se escucha por primera vez el proyecto de reducción de jornada laboral a 40 horas, la primera reacción natural de quienes tenemos emprendimientos, comercios o empresas es ¿No será mucho, no será muy rápido?, ¿Cómo lo voy a hacer? Luego, pensándolo mas y dándole vuelta, el análisis deriva hacia la productividad, ¡Eso es!, nos respondemos, hacer más o menos lo mismo, en menos horas, en menos tiempo y con la misma “gente”, productividad vuelve a resonar en nuestras cabezas.

Lo podemos hacer, se trata de organizar las cosas de mejor manera, de cambiar algunos procesos, invertir en tecnología, tal vez en maquinaria, en capacitación a los trabajadores. Por ahí va nuestra respuesta, hay que invertir y organizarse mejor, modificar algunas formas de trabajo, ser más finos en la coordinación, utilizar mejor el tiempo, convencer a los trabajadores e involucrarlos de mejor manera en el proceso, de manera que el resultado, de todos combinados, cumpla el objetivo, mismos resultados en menos horas de trabajo.

Los empresarios, emprendedores, comerciantes, desarrolladores turísticos, lo podemos hacer… ¡Lo tendremos que hacer! Pero falta algo, que también lo hagan y se comprometan los empleadores y trabajadores del sector público. Cuanto tiempo perdemos en hacer trámites que podrían demorarse la mitad del tiempo, porque hacemos filas de un par de horas en Banco Estado o en el Servicio “xyz”; porque nos piden varias veces los mismos papeles para hacer un trámite y nos dejan esperando, ahí también están las horas. Necesitamos que el sector público, haga su aporte a la productividad, y lo haga ya, al mismo tiempo. La Ley de las 40 horas va a salir y deberemos adaptarnos y cumplirla. ¡Será obligatoria! Al mismo tiempo debieran reducirse los tiempos de atención de público en un 10% y los trámites inútiles deben eliminarse. Chile necesita la productividad de todos, para que el objetivo de trabajar menos, producir lo mismo, y descansar o tener más tiempo para socializar, sea una realidad para todos, y es justo, que el esfuerzo sea compartido.

Pero, para que esas menos horas de trabajo se conviertan, realmente, en horas de descanso y/o de socialización, de deportes o de ocio derechamente, todavía falta algo más.

Los desplazamientos, el transporte, la planificación de la ciudad, no se puede quedar atrás. De qué sirve salir más temprano si perdemos ese tiempo en mal transporte público, requerimos que eso también se modernice, se apuren los plazos y se resuelvan los problemas. Como que nos hemos acostumbrado a que pasen los años y la situación siga igual. Los políticos, los jefes de servicio públicos, los Secretarios y Secretarias Ministeriales, ¿Qué plazos se ponen? ¿Qué procedimientos van a mejorar?, ¿Dónde van a aportar productividad? Esperamos esas respuestas, las necesitamos.

Esta Ley de las 40 horas es una gran oportunidad para que la vida cotidiana de los trabajadores y trabajadoras de nuestra querida Región de O’Higgins sea un poquito mejor, pero para que realmente se note la diferencia, ese esfuerzo debe ser de todos, y en particular, de quienes están a cargo de la “gestión pública”, todos nos esforzamos otro poco, todos ganamos.