El problema en Ñuble no es la falta de agua

24 / 03 / 23 Por: Ricardo Salman A, Presidente CChC Chillán
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Uno de los focos del desarrollo de Ñuble sabemos que es y debe ser la agricultura, ella se ha venido intensificando con una mayor producción en un menor número de hectáreas. Y esto ha sido gracias principalmente al esfuerzo del sector privado con la introducción de sistemas de riego tecnificado.

Si la producción agrícola no ha seguido creciendo y por ende generando más empleo, es por la falta de agua para regar más hectáreas, lo cual se podría resolver con los embalses que están en carpeta, principalmente el embalse de la Nueva Punilla que podría asegurar riego para 60,000 hectáreas.

En nuestra visita a Israel, organizada por el Gobernador Regional y la Universidad de Concepción, con el propósito de recoger experiencias para aportar en el desarrollo del Distrito de Innovación para Ñuble, nos reunimos con la compañía Nacional del Agua Mekoprot, una empresa pública que se encarga de producir y distribuir el agua. Una gran virtud de este sistema es que provee toda el agua requerida, tanto para el consumo humano de las ciudades, como para la agricultura.

Israel tenía un déficit hídrico mucho mayor al chileno y lo resolvieron con inversión, primero con la instalación de 400 km de tuberías para llevar el agua desde el norte a las ciudades de la zona central y a las zonas agrícolas y desierto del sur. Para esto se invirtió en el año 1964 el 5% del PIB, con este sistema además se redujo la pérdida del agua a niveles bajo el 15%. El crecimiento de la demanda, derivado del consumo humano y del sector agrícola, se atendió en una segunda etapa con el tratamiento de aguas servidas, esto permite actualmente reutilizar en la agricultura el 50% de esta agua, con la cual, reducen el uso de fertilizantes, además los lodos remanentes se emplean como fertilizantes y para generar energía, haciéndolo sustentable.

Esta mayor eficiencia en el consumo de los recursos permite regar hoy cuatro veces más la cantidad de hectáreas de la que se regaba en los años 60. De esta manera el consumo de agua en la agricultura se ha mantenido estable, creciendo solo el consumo humano debido al aumento de la población.

Una tercera etapa corresponde a los proyectos de desalinización del agua de mar para el consumo humano y agrícola. El problema de esta estrategia, es que desde el punto de vista de la energía, desalinizar cuesta siete veces más que transportar el agua.

En Ñuble, obras de inversión como el embalse Nueva la Punilla permitirían aprovechar una parte de los 2.500 millones de m3 de río de los cuales se ocupan actualmente sólo el 20% de su potencial. En Israel emplean 1.100 millones de m3 para el riego de 300,000 hectáreas. En nuestra región estamos perdiendo casi el doble de agua de la que Israel ocupa para el riego de todo su terreno agrícola.

El costo del agua es el mismo en todo el país y así como también el mismo para las familias y los agricultores, esto permite generar los incentivos para hacer una optimización del recurso hídrico, ya que ningún sector subsidia a otro. Producto de esta estrategia e inversión, se puede ver teñido de verde una parte de lo que fue un desierto, el Néguev.

El problema de los agricultores, del empleo y de la seguridad alimentaria, no es la falta de agua, el problema es la falta de inversión pública y el uso eficiente del recurso hídrico, por esto se requiere urgentemente la acción de nuestras autoridades.

Ricardo Salman Aburdene

Presidente CChC Chillán