DESARROLLO MÁS EQUITATIVO

12 / 04 / 19
CARLOS_RAM%C3%8DREZ_WEB_CALAMA.jpg CARLOS_RAM%C3%8DREZ_WEB_CALAMA.jpg

Con satisfacción y esperanza recibimos la noticia de los proyectos mineros de la región, y principalmente de los yacimientos cercanos a nuestra ciudad. Y cómo no hacerlo si estamos hablando de inversiones del orden de los US$28.657 millones en 58 proyectos en nuestra región.

Se trata de inversiones que traen aumento de productividad, mejoras operacionales y, esperamos, mejoras en la calidad de vida de quienes vivimos cerca de estos centros de trabajo. Porque ese es uno de los pilares de la Responsabilidad Social Empresarial: tener una visión del negocio que incorpore el respeto por las personas, las comunidades y el medio ambiente.

Por esa razón, aprovechamos esta oportunidad, entre anuncios y proyecciones positivas, destacar la importancia de detenerse a pensar en quienes habitan en la zona; en las empresas locales con experiencia en minería y que generan empleos; en las futuras generaciones que habitan este entorno.

Muchos nos sentimos excluidos de estos éxitos, ya que cada vez son más las empresas locales que deben cerrar sus puertas, con la consiguiente cesantía que ello arrastra, porque las grandes mineras ahora prefieren licitar grandes contratos, a grandes empresas foráneas.

Esto sin importar las ventajas que puedan tener las empresas locales y sus trabajadores, sino que, apuntando a un empresariado poderoso, que contrata la mano de obra fuera de la región, los transporta e instala en campamentos y al final del turno los traslada directo al aeropuerto. Es decir, no aportan con recursos para la ciudad.

Si bien el desarrollo de la minería es importante para el país, que recibe los excedentes y estos se traducen en escuelas, hospitales y carreteras, es también importante que quienes habitan las zonas mineras tengan opciones de participar de la bonanza que se augura para la minería.

Como Cámara Chilena de la Construcción, Sede Calama, queremos invitar a quienes nos representan políticamente a dar una mirada consciente a lo que ocurre en la zona, a no asociar simplistamente a que la minería se traduce en progreso para el lugar en la que se instala, ya que lejos de eso están nuestros hijos que crecen en un ambiente cargado de metales pesados, en un territorio al que se le extraen los recursos naturales no renovables y en el que sus empresas -otrora contratistas de la minería- comienzan a cerrar sus puertas.