Una política habitacional para Calama

23 / 01 / 14

Para nadie es un misterio la problemática que vive Calama respecto al tema habitacional.

Lo peor es que año a año crece y afecta de manera directa a muchas familias de clase media y baja que quieren acceder a la casa propia, pero que se encuentran con un portazo en la cara al momento de buscar una solución definitiva, llevándolos algunas veces a tomar medidas drásticas en razón a que sus demandas y necesidades no se ven cumplidas por las desactualizadas políticas habitacionales existentes o, simplemente, por la falta de voluntad de las autoridades de turno en resolver un tema de bien común.

Un ejemplo claro de ellos es el alto valor que cobra Bienes Nacionales por los terrenos en donde se podrían levantar viviendas, que lleva a los empresarios inmobiliarios a desistir muchas veces en su compra. O si lo hacen, necesariamente traspasan ese gran costo al nuevo propietario, quien muchas veces no tienen el suficiente ahorro para acceder a ese tipo de viviendas, causando una frustración enorme al no ver cumplido su sueño. O sea, también tiene un efecto social enorme que muchas veces tampoco es considerado.

Lo peor es que teniendo un subsidio o los recursos económicos, conseguidos a través del MINVU, las instituciones financieras e incluso Cajas de Compensación, tampoco pueden acceder a una vivienda pues la oferta es limitada o simplemente no existe en nuestra ciudad para las personas clase media o baja. Lo paradójico es que habiendo miles de metros cuadrados a nuestro alrededor, que perfectamente pueden ser usados, no se hace; perdiéndose la ciudad una clara oportunidad de seguir desarrollándose y de la mano de sus habitantes.

He aquí donde el Plano Regulador entra a jugar un papel fundamental, pues una adecuada planificación territorial puede ayudar mucho a detectar esos terrenos que hoy simplemente descansan en la soledad y el abandono, sin prestar ningún tipo de beneficios.

En resumen, la demanda y necesidad habitacional está, los interesados y sus ahorros también. Sólo faltaría una voluntad política y  las alianzas necesarias para acordar una política aterrizada de precio de los suelos fiscales acorde a la realidad regional o local. Terrenos hay, sólo falta destinarlos de manera planificada para cumplir el sueño de miles de familias loínas. Sólo así Calama podrá crecer y convertirse en una urbe moderna y sustentable.

Luis Farías Muñoz

Presidente

CChC Calama

Una adecuada planificación territorial puede ayudar a detectar terrenos que hoy descansan en la soledad y el abandono.