Planificación territorial: Una prioridad para las ciudades de Atacama

17 / 01 / 14

Los sucesos ocurridos hace un tiempo en Tierra Amarilla, donde la aparición de un socavón cerca de viviendas puso en alerta a los vecinos de dicha comuna, han vuelto a poner en la agenda de los medios de prensa regionales y de las autoridades locales la importancia de los Planes Reguladores Comunales (PRC).

Un ordenamiento territorial, a través de un instrumento de planificación, es crucial para que las ciudades puedan definir la distribución de su suelo y su consiguiente uso urbano y rural. Con esto se quiere decir, que deben existir espacios dentro de las ciudades claramente delimitados para uso de viviendas, industrias, parques, servicios, equipamiento, etcétera, puesel funcionamiento de la ciudad se debe adecuar a las necesidades de los ciudadanos y no estos al crecimiento de la ciudad.

Esta necesidad que viven nuestras urbes a nivel nacional, también se relaciona con una población que cada día es más urbana (actualmente se relaciona alrededor de un 90%-10% con respecto a la población rural), con un empoderamiento ciudadano y, por tanto,con una creciente exigencia en las condiciones que deben existir para habitar en las ciudades.

Este fenómeno, por supuesto, no es ajeno en Atacama, región que ha experimentado un importante crecimiento económico y una alta inmigración de personas en los últimos años, por lo que se hace cada vez más necesario un desarrollo urbano que sepa entender estas dinámicas.

La importancia de los Planos Reguladores Comunales (PRC) radica justamente en comprender estos procesos demográficos, ya que finalmente son las personas quienes componen las ciudades. Lamentablemente en estos momentos contamos con un sistema de planificación urbana que tiene plazos excesivamente largos y engorrosos procedimientos para la elaboración de los instrumentos regulatorios, ausencia de herramientas suficientes para recoger las opiniones de la comunidad y metodologías de planificación poco flexibles que no permiten una adecuada gestión del territorio.

Un ejemplo claro es nuestra región. Al ya citado caso de Tierra Amarilla, podemos agregar a la comuna de Huasco (que tampoco tiene Plan Regulador), Vallenar (que no lo actualiza desde 1982),  Copiapó, que lo tiene en proceso de actualización desde el 2009, sin aún ver resultados al respecto, y Caldera, que está en proceso de revisión.

Por lo pronto, si queremos como país apuntar a una descentralización efectiva, donde las regiones sean alternativa para que las familias se radiquen en ellas, hay que partir por lo básico, que es planificar ciudades amigables, focalizándose siempre en entregar calidad de vida a las personas que habitan en estas emergentes ciudades. Una buena noticia en este sentido fue la realización de una nueva Política Nacional de Desarrollo Urbano (PNDU),donde como gremio participamos activamente.

Por lo mismo, desde ya, como Cámara Chilena de la Construcción (CChC) Copiapó, ponemos nuestro equipo técnico a disposición tanto de los municipios como de los organismos públicos de la región encargados de la confección y promulgación de los PRC, esperando contribuir a un proceso que más temprano que tarde tendrá que ocurrir en Atacama, para que esta indefinición no sea un freno para el desarrollo de nuestra región.

Yerko Villela Lopizic

Presidente CChC Copiapó

Ordenamiento territorial, a través de instrumento de planificación, es crucial para que ciudades puedan definir la distribución de suelo.